Florianópolis nos recibió con lluvia, luego fue mejorando y desmejorando el tiempo dejándonos disfrutar de las playas de a poquito y no nos dejó hacer todo lo que pensábamos.
Un día amaneció con sol, nos fuimos tempranito con el mate a la playa para disfrutar hasta donde el tiempo nos dejara pero en un momento de descuido vimos a Bianca que estaba comiendo algo enterrado en la arena, la llamamos y la retamos pero ya era tarde, al rato empezó a vomitar, cosa que es un poco normal cuando come algo que no corresponde, pero esta vez los vómitos no paraban, le dábamos agua y tampoco la toleraba, pensando que en algún momento se le iba a pasar igualmente nos empezamos a preocupar, comenzamos a buscar por internet alguna veterinaria para consultar que hacer.
Bianca no puede tomar Reliveran porque es alérgica a alguno de sus componentes, así que por eso queríamos consultar con alguien especializado. Ahí nos dimos cuenta que era domingo y todas las veterinarias estaban cerradas, intentamos comunicarnos con su veterinario en Olavarría pero tampoco respondió y Bianca no paraba de vomitar, entre tantos mensajes mandados para saber que hacer nos aconsejaron que no le demos agua y le pongamos hielo para que ella pueda lamer, y así hicimos para que se pueda hidratar, eso fue un poco la solución, nos asustamos cuando comenzó a vomitar una baba con espuma y se nos cruzó por la cabeza que podía haber comido algo envenenado.
Ese día se convirtió en el peor día del viaje. Por la noche ya habían parado los vómitos y ella seguía lamiendo hielo, pero a la madrugada otra vez volvió la descompostura, casi no dormimos esa noche y al otro día bien temprano cuando abría la veterinaria ya estábamos en la puerta.
Nos atendió la doctora Julia y nos recibió con una sonrisa, luego de varias preguntas para completar una ficha, la revisó y nos dijo que era muy probable que sea una intoxicación del hígado por comer algo en mal estado y aconsejó hacer un análisis de sangre para descartar cualquier otra cosa.
Salimos de ahí con medicamentos y receta para comprar otros y nos aconsejó darle ese día agua de coco que tantas propiedades tiene. Luego de eso no hubo más vómitos, comenzó a comer de a poquito, tomo todos los medicamentos que le dimos , y ahora ya está totalmente recuperada.
Al otro día fuimos a buscar los resultados del análisis y todo estaba bien. Gracias Dios fue un susto nada más.
Volviendo a los días feos sin saber que hacer y por dónde más pasear en la combi, fuimos al Floripa Shopping a comprar unos regalitos para nuestras nietas y nos fuimos de Florianópolis.
Antes nos despedimos de nuestros amigos con la promesa de volver pronto porque nos quedaron algunas comidas en la playa por compartir y la lluvia no nos dejó.
A lo largo del viaje hemos compartido y probado comidas típicas de cada lugar de Brasil, comimos Acarajé; Pan de Alho; Salgados; Camarón; Feijão; Caldinho; Queijo asado; Pasteles fritos (muy parecido a nuestras empanadas); Cocadas, Açaí y aprendí a hacer Tapiocas, también me hubiera encantado aprender a hacer todas esas comidas que probé, pero cuando me explicaban cómo se hacían es muy difícil de entender sin ver cómo las hacen y usan cosan que ni conozco, como temperos y molhos que son especias y salsas que en el supermercado hay miles y todas de sabores diferente, también googlee recetas de las cosas que más me gustaron pero tampoco pude. Me quedo con las ganas y será un pendiente para próximos viajes, buscaré dónde aprender a hacerlas.
Algunos condimentos y molhos compramos para probar y se los pongo a mí comida y así queda fusionada la cocina Argentina – Brasilera. Por el momento sigo cocinando lo que se con lo que consigo acá, también comemos mucha fruta y probamos algunas típicas de cada lugar, por ejemplo Carambola, Pinha, Mamón, todas las variedades de bananas que hay y mucho mango y ananá.
La familia viajera después del susto con Bianca
Otro tema importante para nosotros es nuestro mate. Trajimos de Argentina 5 Kg de yerba que por supuesto se nos terminó en la mitad del viaje, pero como nos encontramos con muchos Argentinos viviendo acá, nos fueron diciendo que comprar, hay unas yerbas para Tereré que son bastante parecidas a las que consumimos nosotros, hay diferentes marcas y vamos comprando la que conseguimos, no siempre hay en todos los supermercados, así que antes de que se nos termine tenemos que comenzar nueva búsqueda. Y así nos fuimos adaptando a las comidas y a la yerba como a tantas otras cosas en este viaje.
Ahora estamos en Paloça, en Praia do mar Aberto de Ponta do Papagaio, aquí nos quedan muchas playas por conocer ,varios días por estar, más ruta y lugares por recorrer que ya les contaré. Por lo pronto estamos en un lugar que se ve maravilloso.
Vista de la Praia Do Mar Aberto
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Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio
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