Diario de un viaje: el sueño que se hizo realidad

Y por fin llegó el día, estábamos en João Pessoa, nos levantamos, desayunamos, ordenamos la casita y pusimos en el GPS ¡Natal! en el estado de Río Grande do Sur.

Decidimos dejar Pipa para la vuelta e ir directo para la meta. Nuestros amigos Marcia y Luis que conocimos en Cabo Frío tienen un amigo viviendo en Natal y nos dieron su contacto para que cuando lleguemos le podamos preguntar que playa nos recomendaba, para nosotros y nuestro motorhome, que sean tranquilas y seguras.

Hicimos 176 km y llegamos, una ciudad grande, no la imaginábamos así, con edificios muy modernos, se veía tranquila aunque era domingo, nos comunicamos con nuestro contacto Vanicia y Moisés, quienes fueron a nuestro encuentro inmediatamente, dos personas amorosas que enseguida se pusieron a nuestra disposición y nos llevaron a las playas de Pirangi do Norte y nos mostraron dónde podíamos parar y nos dijeron que ahí íbamos a estar cómodos y tranquilos, porque no toda la ciudad es segura, se ve muy tranquila de día, pero de noche se pone complicada con respecto a la seguridad, como sucede en la mayoría de las ciudades grandes.

En la fotografía con Vanicia Y Moisés

Exactamente fue así, nos indicaron un lugar con unas playas increíbles dónde pasamos tres días hermosos. No podíamos creer haber llegado hasta ahí, nuestra meta que se veía tan lejana.

Cuando salimos de nuestra ciudad y le íbamos diciendo a todos: “queremos llegar hasta Natal” eso se veía muy lejano, faltaban muchos meses para que ocurra. Recordamos todo lo que esperamos y viajamos para poder cruzar la frontera, todos esos recuerdos llegaron a nuestra mente, pero ahora ya estamos ahí, un sueño que se hizo realidad.

Además de estar en la playa y disfrutar de ese mar, también paseamos por el centro de la ciudad y Ponta Negra, todo más que hermoso, por supuesto que las grandes cadenas de hoteles 5 estrellas tienen gran parte de las mejores playas, pero eso no es problema porque se puede acceder a un montón de playas sin inconvenientes.

Por supuesto un champagne que veníamos guardando para la ocasión se descorcho y brindamos por el logro. Decidimos dejar Natal, dónde seguramente algún día volveremos, y empezamos a regresar, aunque nos había quedado pendiente Pipa. Sabíamos por otros viajeros que no era apta para motorhome pero igual queríamos conocerla y vivir nuestra experiencia.

Pipa está a solo 80 km de Natal así que llegamos enseguida. Comenzamos a meternos en una ciudad con calles bastante angostas pero no tan caóticas como otras, igual comenzamos a sufrir, porque la incertidumbre de donde podes ir a parar nos pone nerviosos y llega un momento que no queda otra que seguir.

No se puede pegar la vuelta porque las calles se afinan cada vez más, esto sucede en la parte céntrica de la ciudad, son calles donde no hay veredas, así que la gente, autos, motos, bicicletas, combis y colectivos vamos por la misma vía, pero bueno, despacito y con paciencia logramos pasar, pudimos estacionar, ver el mapa y preguntar dónde podíamos parar. Luego nos dimos cuenta que evitando el centro hay calles laterales que te llevan a todas las playas, aunque las del centro no las pudimos conocer.

Playa de Pipa

Es una ciudad con unos paisajes increíbles, muchos acantilados y playas que se ven paradisíacas, muchos miradores y con médanos dónde hay actividades en cuatriciclo, Skate y motos.

La aplicación IOberlander nos indicó un lugar para dormir con una increíble vista de la playa.

Nos encontramos una ciudad a la que no le teníamos mucha fe de poder conocerla bien, que al final disfrutamos y nos encantó. De ahora en más comenzamos a desandar el camino y volver a pasar por los lugares que más nos gustaron y otros donde nos quedaron pendientes.

La aventura sigue, buscaremos seguir sorprendiéndonos con las bellezas que nos brinda Brasil.

Comenzando el día en Pipa

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Podes escribirles en: contacto@enprovincia.com.ar

Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio

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