Por Martín Zuccato –
El pasado jueves 4 de noviembre los habitantes de nuestras Islas Malvinas volvieron a elegir a los miembros de su asamblea legislativa, órgano colegiado. que como ya hemos descripto en anteriores reportes, cumple las funciones de cuerpo legislativo local, aunque subordinado, en definitiva, a las decisiones finales del gobernador designado por la corona británica.
El ilegal cuerpo, desde ya, desconoce toda relación con las autoridades argentinas, y en especial con las de tierra del fuego, jurisdicción a la que legalmente corresponden las Islas Malvinas, actualmente ocupadas por Gran Bretaña.
La del jueves fue la cuarta renovación de la asamblea, cuya reelección sucede cada cuatro años desde el dictado de la llamada constitución de 2008.
La isla está dividida en dos jurisdicciones, llamadas puerto stanley (que abarca la ciudad y alrededores de puerto argentino) y the camp (simpática palabra isleña, derivada del español “campo”, que implica el resto del territorio fuera de la ciudad).
Recordemos que se eligen 8 legisladores, 5 por el puerto y 3 por el campo.
La votación en el campo es muy singular, ya que la región casi carece de urbanizaciones y la urnas son enviadas a las estancias, muchas veces por vía aérea.
Los resultados fueron publicados por el periódico local -El clásico “the penguin news”- y son los siguientes:
Por el puerto resultaron electos:
Leona Roberts, Mark Pollard, Gavin Short, Roger Spink, y Peter Biggs.
y por the camp, se eligieron a las siguientes personas:
John Birmingham, Teslyn Barkman e Ian Hansen.
La mitad de los elegidos son nacidos fuera de las islas.
Votaron cerca de 1600 electores y la candidata con mas votos fue la chilena Leona Roberts, que renovó su mandato por otro periodo.
En las elecciones hubo luna nueva sobre malvinas, pero eso fue lo único nuevo que ocurrió por aquellas latitudes australes: cinco de los ocho asambleístas electos provienen de períodos anteriores, y sus propuestas, publicadas con el nombre de “manifiestos” en “The penguin news”, tratan de las habituales y recalcitrantes posturas aislacionistas, sostenidas por estos representantes desde la finalización de los hechos bélicos de 1982, rechazando toda integración y hasta contacto con la argentina, y denunciando como “acosos” tanto a los reclamos de soberanía de nuestro país, como a las sanciones argentinas contra las petroleras que allí operan, cuyo alcance ya hemos comentado en anteriores reportes en enprovincia.com.ar
El problema no le ha sido indiferente a Lisa Watson, editora del “penguin…”, quien en marzo de este año señaló que: “algunas voces en las islas sostienen que no es nuestro problema, sino sólo de argentina y cualquiera que se anime a siquiera mencionar la palabra “solución” merece el inmediato rechazo y condena”. y la periodista concluye reflexionando: “enfrentamos problemas de larga data y que por cierto no se van a ir, a menos que haya un dedicado y concertado esfuerzo para ello”.
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