Reporte Cero – Malvinas: Gobierno a la inglesa en las Islas Argentinas

Por Martín Zuccato –

Como hacer política con mucha plata, poca gente y menos legalidad

Las numerosas colonias inglesas esparcidas por el mundo, rebautizadas con el poético nombre de “Territorios Británicos de Ultramar” (entre los que se ubican nuestras Islas Malvinas), son administradas por su potencia dominante con un sistema de Monarquía Parlamentaria, inventado justamente por los mismos ingleses hace siglos.

El próximo Jueves 4 de noviembre de 2021, en el territorio ocupado de Malvinas se renovarán los 8 miembros de su Asamblea Legislativa. El sistema local tiene los clásicos tres poderes del estado, que han grandes rasgos describiremos así:

Poder Ejecutivo: El gobernador de las Islas es nombrado por y en representación de la Corona Británica. A su vez, este gobernador designa un Jefe del Ejecutivo -algo equivalente a un Primer Ministro-, quien unido a dos legisladores y al funcionario de Finanzas forman un Consejo Ejecutivo (una especie de gabinete ministerial).

El gobernador y sus empleados jerárquicos siempre llegan desde el Reino Unido, y tienen privilegios que generan resquemores entre la población local.

Poder Legislativo: La Asamblea Legislativa (“L.A.”) es elegida cada 4 años por los electores locales (unos 3.000) y ejerce la función de legislar y cogobernar con sus representantes del Consejo Ejecutivo.

Esta “L.A.” tiene bastante poder local y aunque no posee competencia en materia de defensa ni de política exterior, es activa su intervención a favor de la autodeterminación de la que gozan los isleños desde el dictado de su “Constitución” en 2009.

La Asamblea es el órgano de gobierno más localista, aunque pocos de sus integrantes son nacidos en las islas. Históricamente han ejercido una postura sumamente aislacionista, además de antiargentina.

El Poder Judicial, por su parte, es independiente de los otros dos poderes de este “Estado Falklander” y garantiza la doble instancia, como lo marca el sistema republicano.

Pingüino Silvestre y oveja introducida a las Islas Malvinas

Pero veamos qué hay detrás de tanta formalidad: En primer lugar, hallamos una escuálida participación política de los Isleños, ya que en Malvinas no hay partidos políticos y hay sólo once candidatos para ocupar las ocho vacantes. Además siete de esos once ya son asambleístas que pueden renovar mandato.

Haciendo más números, se advierte que sólo cuatro de los once candidatos no llegarán ser legisladores y perderán la oportunidad de cobrar una dieta anual de 65.000 libras esterlinas (unos 47.300 dólares estadounidenses).

La escasa población local, estimada en 3.500 personas y el gran desarrollo que tuvo la industria pesquera y petrolera en la zona luego de la guerra, produjo una economía totalmente fuera de escala, con un ingreso per cápita que es muy superior al de los Estados Unidos.

El salario mínimo inicial en las Islas es de 1.200 libras esterlinas (unos 1.650 dólares estadounidenses, haga el lector la conversión a pesos, si quiere sufrir).

Sin embargo, como el crecimiento demográfico podría afectar el truco inglés de la “autodeterminación”, uno de los principales problemas a resolver por las nuevas autoridades será como solucionar la gran falta de mano de obra que sufren en materia de pesca, petróleo y cría ovina, sin afectar sustancialmente la cantidad y “calidad” de sus electores probritánicos.

Para colmo de males, la miopía y aislacionismo recalcitrante de los asambleístas los ha llevado a proponer que todos los candidatos a trabajar en Malvinas deban tener “perfecto dominio del idioma inglés”, en una población cuya mano de obra es fundamentalmente, chilena, filipina o africana.

La propuesta fue calificada como “xenófoba” y contraria a la historia de las Malvinas, por John Fowler, ex maestro de escuela y ex editor del periódico The Penguin News, hoy retirado en Europa, como lo hacen la mayoría de los isleños al jubilarse.

La agenda que enfrentarán los nuevos “legisladores” tiene también otros inconvenientes:

•La mala conectividad en las islas, que afecta hasta al sistema bancario (se carece de métodos de facturación y de pagos en línea).

• Los altos costos del nuevo puerto que están construyendo (los “Falklanders” se niegan a contraer deuda con el tesoro británico).

• La escasez de viviendas y los altos alquileres de las mismas.

• La oposición de los liberales de la cámara de comercio local y de las empresas pesqueras contra las subas de impuestos y otras medidas consideradas “estatistas”.

• El impacto ambiental de la nueva economía iniciada.

• Las medidas sancionatorias adoptadas por la Argentina para evitar las actividades ilegales de las empresas petroleras y pesqueras de la zona.

En cambio, en las islas no existen grandes dificultades por delitos relacionados con robos o drogas, y no se conoce la prostitución.

Policía Real de las Islas Malvinas

Pero, de los 14 presos allí existentes, 8 están acusados de pedofilia, lo cual dejaría traslucir la existencia de una composición social bastante anormal.

Y subsisten dos problemas históricos: El alcoholismo y las peleas en los dos pubs locales, agravados por la presencia de obreros con mucha plata y nada en que gastar. Los militares de la base cercana (su número es secreto pero se estiman en unos 3.500 soldados), tienen prohibido acercarse a Puerto Argentino/Stanley para evitar problemas.

Finalmente, hay un solo acusado por estafa y está prófugo: se trata de un operador turístico que vendió paquetes, dándose luego a la fuga sin cumplir con sus compromisos.

Es argentino, y la Royal Falklands Islands Police sostiene que se fugó de la isla luego de enamorarse perdidamente de una cordobesa.