Y llegó el día de volver a São Miguel dos Milagres, nos instalamos cómodamente, respiramos la brisa del lugar y corroboramos, por segunda vez, incluso habiendo llegado hasta Natal, que es el mejor lugar para nuestro motorhome y la mejor playa, no nos olvidemos que le dicen el Caribe Brasilero.
Antes de llegar, como ya conocíamos el lugar, pasamos por el supermercado por provisiones y está vez incluyo carne y carbón para hacer un asadito, eso le puso el broche de oro a nuestra estadía.
Estacionados en la playa São Miguel dos Milagres
Este lugar lo tiene todo, y cuando digo todo, es todo, incluyendo una gruta dónde la gente se puede abastecer de agua potable, ellos la llaman “Fuente Milagrosa” y dicen que es agua mineral. Acá quiero aclarar que con el tema del agua para nuestra casita, nunca tuvimos problema, pedimos en las estaciones de servicio y con la gran generosidad de los Brasileros nunca nos dijeron que no y el agua que tomamos la compramos.
Volviendo a la playa.. la paz que hay ahí no la la vivimos en ningún lugar, es como si fuera mágico y llegar de nuevo, lo estábamos esperando y queríamos que sea por varios días, disfrutarlo a pleno, llenarnos la vista de palmeras, de los caminos, del atardecer, del agua, de esa inmensidad del mar. No nos cansamos de recorrer con la mirada una y mil veces ese paisaje.
Agua de la fuente Milagrosa São Miguel dos Milagres
Todo nos dio para charlar y reflexionar, y llegamos a la conclusión que los sueños se cumplen. Nosotros soñamos mucho con este viaje, lo programamos un poco, porque después todo se va dando y los lugareños nos fueron recomendando playas y ciudades que debíamos visitas y así se fue armando nuestra ruta. Pero todo lo que soñamos y esperamos de esta aventura se está cumpliendo. Y este desandar el camino ya recorrido nos está permitiendo volver a lugares por más días y conocer otros que quedaron pendientes porque en enero estaban con mucho turismo y no se podía ni estacionar. Ahora aunque estamos en plena temporada notamos que aflojó un poco, a pesar de que hay mucha gente no es tanta como en Enero.
Nos fuimos de São Miguel dos Milagres echando el último vistazo para que quede en nuestra retina semejante lugar que nos dio tanto y todo, pero creo que el deseo de volver es tan grande que lo recordaremos por siempre.
Llegamos por segunda vez a Maceió, esta vez teníamos como punto de parada Praia do Francês, dicen, “¡a Praia mais bonita!” Nos estacionamos donde pudimos pero bastante cerca de la playa, ahí nos instalamos con sombrilla y reposeras y nos metimos al mar que ya se veía increíble. Creo que fue el agua más transparente que vimos y también estaba calentita, mí corazón había quedado unos kilómetros atrás, pero debo reconocer que esta también es hermosa, solo le falta la paz, es una playa más concurrida, con muchas posadas y hoteles, pero esta vez pudimos alejarnos del foco de turistas un poquito.
El agua mansa y cristalina de la Praia do Francês
Hugo sacó los snorkel y pudimos ver ahí nomás cerquita de la costa peces de muchas variedades y colores. ¡Que cosa más bonita! Digno de ver. Pasamos ahí unos días hermosos, el lugar donde paramos súper tranquilo.
La nota de color la puso Bianca, cuando ya nos estábamos preparando para salir a la ruta nuevamente, ordenando todo en su lugar para que al andar nada se caiga, y de repente nos miramos y dijimos: ¿Bianca? Ella jamás se va de nuestro lado, la comenzamos a llamar y nada, estábamos a unos 50 metros de la playa, Hugo fue a ver y ahí estaba ella muy feliz metida en el agua a las 8 de la mañana, no quería irse, les gusta ese mar sin olas, nos dio mucha risa, la tuvimos que secar un poco y así poder irnos. Ella también nos hace saber las playas que más le gustaron.
Seguí todos los sábados En Provincia esta aventura de Bianca, Fabiana, y Hugo.
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Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio
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