Paloça es una ciudad al sur de Santa Catarina a unos 60 km de Florianópolis. Llegamos y nos instalamos en Praia do Mar Aberto, lugar que nos marcaba, entre otros, IOberlander.
Una ciudad con playas amplias, linda para hacer caminatas y descansar escuchando el sonido del mar y de las gaviotas, poca gente debido a la fecha, los sábado y domingo se ven un poco más pobladas las playas.
Aparte de pasear por la ciudad y hacer caminatas por la playa, de nuevo nos encontramos con gente linda, Neiba y Edecio, ellos viven en una casa en la playa, justo detrás de dónde estábamos estacionados, lejos de que les moleste que paremos frente a su casa, enseguida nos ofrecieron agua o cualquiera cosa que necesitemos: “¡Acá voy a estar!” nos dijo Edecio.
Un día nos trajo a la playa Bolos de Chuva de banana, serían para nosotros buñuelos de banana, nos contó que en Brasil los llaman así porque cuando llueve y no se puede salir de la casa a hacer mandados, hacen los Bolos de Chuva (chuva = lluvia) con poquitas cosas, “banana, ovos, açucar y farinha de trigo”, dijo, y me pasó su receta que por supuesto hice días después un día de lluvia.
Vistas maravillosas de la aventura de Fabiana, Hugo y Bianca
Cuando los estábamos comiendo, nos saluda una señora que hacía un rato estaba al lado nuestro, sola, tomando sol y nos pusimos a conversar. Clarinha es su nombre, ella junto con su marido tienen el sueño de viajar en un motorhome, luego de una larga charla en la playa nos prometió volver con un obsequio para nosotros.
A la tardecita volvió Clarinha (foto de tapa) con dos bolsas llenas de bananas, algunas más maduras y otras bien verdes para que tengamos para varios días y durante el viaje vayan madurando, ella tiene en su casa una planta de bananas y también nos trajo Pitanga, una fruta muy típica de acá que todavía no habíamos probado, de la cual también tiene plantas.
Cuánta generosidad de la gente, cuantas ganas de tratar bien al turista, cuántas bienvenidas y despedidas así nos han dado, cuánto aprendido de todo esto y de este viaje.
Por supuesto intercambiamos teléfonos y seguiremos en contacto, prometimos enviar fotos desde Argentina, aunque ellos ya conocen nuestra Patagonia hasta Ushuaia y Mendoza. Nos esperan el próximo año en su casa y así conocer a su marido que no estaba en la ciudad esos días.
Nos despedimos de Clarinha, Neiba y Edecio y nos fuimos felices, otra vez diciendo: “¡Que gente buena! Seguimos rumbo a Laguna, todavía en el estado de Santa Catarina, un lugar que nos recomendaron mucho nuestros amigos Nancy y Cristian de @vidaverdemb180
Muelle de piedras
Paramos en Praia dos Molhes dónde hay un muelle de piedras de aproximadamente 2 km de largo, que divide la laguna con aguas del Río Tubarão y el mar. Un lugar maravilloso dónde del lado de la laguna se pueden ver delfines que según dicen los lugareños, ayudan a los pescadores acercando los peces a la orilla para que estos con su red los pesquen.
Observar los delfines tan cerca de la costa de la laguna es un espectáculo digno de ver. Luego cruzamos en balsa el Río Tubarão para conocer el Farol de Santa Marta que se encuentran en el municipio de Laguna, el lugar lleva ese nombre por su famoso faro que está ubicado en el cabo de Santa Marta, dicen que es uno de los más potentes de Brasil y del mundo.
Farol de Santa Marta
Este lugar comenzó a crecer con una aldea de pescadores alrededor del faro y luego se convirtió en un lugar muy turístico con hermosas playas. Hicimos una caminata hasta el faro desde donde pudimos ver los hermosos paisajes que nos sigue regalando este país y la naturaleza .
Seguí todos los sábados En Provincia esta aventura de Bianca, Fabiana, y Hugo.
Podes escribirles en: contacto@enprovincia.com.ar
Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio
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