Nos fuimos de Praia do Francês, aunque Bianca nos indicaba que debíamos quedarnos ahí, que ese mar ya no lo volveríamos a ver en lo que resta del camino, pero debemos seguir, despacio, pero avanzar, todavía estamos muy lejos y el tiempo corre.
Queríamos pasar denuevo por Praia do Forte, cuando lo hicimos los primeros días de enero, estaba con mucha gente y no pudimos ni estacionar, esta vez si. Después de dar varias vueltas paramos, caminamos un sendero de unos 200 metros hasta que al fin pudimos ver el mar, pero no nos sentimos del todo cómodos, no se que fue, pero nos miramos y dijimos: ¿si nos vamos? Pensábamos estar un par de días ahí, pero se los agregamos a Vila Velha, que sería nuestra próxima parada.
Cómo teníamos que hacer unos 1.600 km y atravesar varios estados, salimos de Maceió en el estado de Alagoas, cruzamos al de Sergipe, el de Bahía y entramos al de Espíritu Santo, sabíamos que estaríamos unos días sin playa y mar, porque evitamos ingresar a Salvador por ser una ciudad grande. Para eso nos teníamos que desviar de la costa. hicimos paradas a descansar en estaciones de servicio y al otro día seguíamos viaje, una cosa para destacar es que en las rutas Brasileras hay mucha fiscalización electrónica de velocidad y eso se respeta, lo que hace que no se pueda circular a más de 80 km. Cada vez que se cruza una ciudad o pueblo. la fiscalización es a 40 km, por lo que un viaje de tantos kilómetros se hace más lento.
Bianca posa en la vista de la ciudad de Vila Velha
Por fin llegamos a Vila Velha y nos reencontramos de nuevo con esa Ciudad maravillosa, fue el lugar que en diciembre del 2021 elegimos para festejar Navidad, es una ciudad grande pero muy tranquila y con unas playas increíbles dónde se puede llegar caminado por el mar a unas islas pequeñas.
Nos instalamos en Praia da Sereia pegaditos al mar y con WiFi libre. Esta vez la elegimos para festejar ahí mí cumpleaños, un día muy especial para mí. Amo festejarlo y cuando estoy en mí ciudad reúno familia y amigos, pero esta vez sería diferente, solo nosotros tres.
Bianca posando en la vista desde la isla hacia la ciudad de Vila Velha
El día de mí cumple desperté en ese lugar maravilloso y lo primero que hice fue agradecer estar ahí, con la persona que amo y nuestra hija de cuatro patas. Y se convirtió en el mejor cumpleaños que podía tener, un festejo virtual, lo primero que tenía en el teléfono era un video de mi grupo de amigas (nos apodamos “Las Sirenas”) que se juntaron especialmente para grabarlo con mensajes y cantos. Así comencé el día riendo y llorando de emoción a la vez, y luego fueron llegando mensajes por todos los medios virtuales y video llamadas.
Mí hija Agustina me editó un video con todas las imágenes que les mando a diario, de los lugares dónde estamos y con un mensaje muy lindo para mí que también me emocionó.
Fueron tantos los buenos deseos de gente que quiero mucho que estuve todo el día respondiendo y agradeciendo a cada uno que se acordó y se tomó un tiempo de enviarme un saludo, todo eso en un entorno inmejorable.
Un Cumpleaños distinto pero maravilloso, me sentí muy querida y mimada por todos. ¿Qué más se puede pedir? Luego a la noche nos hicimos una rica cena y pusimos un champagne a enfriar para terminar el día con un brindis por tanta felicidad y buenas energías recibidas.
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Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio
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