Los días en Vila Velha fueron muy lindos y de disfrute total en una ciudad hermosa con sus playas maravillosas.
Nos despedimos de nuestros amigos Sandra y Leandro con la promesa de parte de los cuatro de volver a encontrarnos algún día, acá en Brasil o porque no, en Argentina, dónde seríamos sus anfitriones y les prometimos hacerles un buen asado si nos visitan.
Otros viajeros nos indicaron Nova Guaraparí a unos 60 km de Vila Velha así que fuimos a ver de qué se trataba.
Cuando llegamos nos encontramos con un lugar muy tranquilo, nos estacionamos sin problemas y fuimos a la playa, otra vez teníamos delante nuestro, eso que nos gusta tanto a los tres y especialmente a Bianca, un mar sin olas, casi una pileta, rodeado de un paisaje de morros y mucha vegetación, árboles en la playa que dan mucha sombra y no se necesita la sombrilla.
Vista de la Praia de Peracanga
Teníamos de un lado de la calle la Praia da Bacutia y del otro lado la Praia de Peracanga, fue un placer recorrer con la mirada ese paisaje una y otra vez, para que quede bien grabado en nuestras retinas, aparte de la cantidad de fotos que sacamos.
Allí conocimos gente en la playa, como siempre pasa cuando sacamos el mate saben que somos Gringos, como ellos nos dicen, y ahí comienza una conversación y ellos lo primero que nos dicen es ¡Säo Bem- Vindo!
Vista de la Praia de Bacutia
Enseguida nos indican nuevos lugares para conocer y nosotros felices escuchamos cada propuesta, luego miramos nuestra ruta, la que ya tenemos más o menos trazada y que siempre se puede modificar.
Nos indicaron Iriri, más específicamente, Praia Santa Elena, a unos 26 km de Nova Guaraparí y bueno… Cómo somos fácil de convencer allá fuimos.
Vista del paraíso en la Praia Santa Helena de Iriri
Iriri es un Barrio de la ciudad de Anchieta, cuando llegamos y vimos el lugar nos dimos cuenta que se puede viajar un año, tal vez dos por el litoral y no llegas a conocer todos los lugares que tiene la costa Brasilera.
Otra vez, la dueña de un bar en la playa Bernardechi, nos dio la bienvenida con una sonrisa ¡como no sentirnos cómodo así! Nos pusimos a conversar y nos contó que su sueño es tener un motorhome así que la invitamos a conocer nuestra casa, nos prestó su wifi, nos dio agua y hasta nos ofreció una mesa de su bar. No deja de sorprendernos tanta hospitalidad, y nosotros no sabemos cómo agradecer tanto.
Les cuento que Iriri es otra maravilla de las tantas que hemos conocido, un lugar donde vimos que hay muchas casas de veraneo, dónde vacaciona gente de Anchieta y de Minas Gerais entre otras localidades cercanas.
Un lugar súper tranquilo. No tuvimos la necesidad de mover nuestra combi para nada, ahí lo teníamos todo, inclusive un supermercado a una cuadras. Pero como digo siempre, debíamos seguir viaje, avanzar un poco más, el tiempo vuela y todavía nos queda bastante por bajar, así que nos despedimos de Bernardechi y le agradecimos en los dos idiomas ¡Gracias y Obrigado! También la invitamos para cuando tenga su motorhome a visitar Argentina.
Hicimos 300 km y llegamos a Río das Ostras, acá ya habíamos estado en Diciembre y nos gustó mucho, ahora nos encontramos con más turismo, seguro se debe al fin de semana largo de Carnaval. Acá nos vamos a quedar hasta que pase el feriado y las rutas se tranquilicen. En el próximo capítulo les cuento cómo es vivir el carnaval acá en Brasil.
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Fotografías: Fabiana Dirazar Vecchio
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