
Por Jorge Zanzio –
Día 10:
En un cómodo colectivo para turismo comenzamos un andar de dos días por algunas ciudades de la isla con la intención de sumar algunos registros, algunos más para nuestro catálogo de impresiones y percepciones.
Al comienzo del viaje todos los turistas estamos un poco encerrados en nosotros mismos, acotados a solo comunicarnos con frases cortas y monosílabas. Pero con el transcurrir del tiempo se va relajando la cosa y comenzamos a entrecruzar apreciaciones más extensas sobre el paisaje. La simpatía caribeña de Tania, nuestra guía turística, ayuda mucho para romper el hielo.
En la primera ciudad que ingresamos es Santa Clara (capital de la provincia de Villa Clara). El colectivo da unas vueltas por el centro para que observemos su hermosa arquitectura y después se dirige a “El mausoleo del Che” en donde desembarcamos urgidos/as por el entusiasmo. El espacio es omnipotente, y está hecho a la medida de su peso histórico, o tal vez nuestra admiración por el comandante es tan grande que su aura maximiza su expresión; no sé. Pero de lo que sí estoy seguro es que yo, en ese ambiente, siento como me vuelvo diminuto, casi imperceptible.
Envueltos por el crepúsculo llegamos a Sancti Spíritus (capital de la provincia del mismo nombre). Una bella ciudad con refugios culturales envidiables, entre ellos: “La Casa de La Trova”, reducto en donde, luego de instalarnos en la habitación asignada para nosotros tres y de cenar en un quincho junto a todos los compañeros de viaje, volvemos para admirar a músicos populares, talentosos, que nos deleitan con sones cubanos y guagiras.
¡Advertencia! por ser pasada las diez de la noche con nuestro hijo tenemos que apreciar el espectáculo manteniendo distancia del resto del público, sentados a la mesa en un patio. Parecemos tres personas con peste, y no entendemos bien la lógica de esa ley que, pasando un escalón a los menores se les prohíbe estar, y cinco pasos más atrás, libremente pueden observar el mismo espectáculo que los adultos. No importa, en Argentina hay tantas cosas sustanciales que no se comprenden que pasen o que dejen de pasar, que este detalle medio absurdo solo nos despierta sonrisas y nada más.
Mercedes y Joaquín le entran al jugo de frutas, en cambio yo, además del gusto por la música también confirmo mi amor incondicional por el mojito.
–Otra vuelta por favor.
Seguí cada sábado este diario de viaje por la Isla de Cuba.
Enlaces anteriores:
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte IX
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte VIII
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte VII
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte VI
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte V
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte IV
AÑO 2013. DIARIO DE CUBA (una vueltita por la historia), parte III
AÑO 2013. DIARIO DE CUBA (una vueltita por la historia), parte II
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte I