“Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada”

“Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada” es el nuevo documental que presenta este martes Netflix y que recorre y analiza el reclamo de Guillermo Vilas para ser reconocido como número uno del mundo y que en deseos de su director, Matías Gueilburt, puede servir como “un granito de arena para que consiga lo que se merece”.

La idea del filme surgió en 2015, cuando The New York Times se hizo eco de la investigación que el periodista argentino Eduardo Puppo y el matemático rumano Marian Ciulpan llevaron a lo largo de 13 años (Ciulpan se sumó a mitad de camino) y con la que reclamaron, con la aprobación de Vilas, el primer puesto del ranking ATP de al menos cinco semanas de 1975.

“Que esto sea un importante granito de arena para que Guillermo logre lo que merece sería un sueño y lo más hermoso que nos pueda pasar con la película”, le dijo a Télam el director, que cuenta con una treintena de documentales.

La tarea de Puppo y Ciulpan fue titánica. Primero, el argentino, con ayuda de su familia, revisó todos los rankings de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) entre 1973 y 1978 para descubrir si hubo alguna falla en el conteo de puntos. Luego, con la ayuda del rumano, crearon un sistema que descubrió algo sobre lo que Vilas, con menos precisión, tenía certezas: durante tres semanas, primero, y dos, después, mostraba que el mejor tenista de la historia nacional había logrado ser número 1 en 1975, intercambiando el puesto con quien oficialmente nunca lo abandonó: Jimmy Connors.

Pero lejos de aceptarlo, la ATP lo negó tres veces, por lo que en la actualidad hay un camino legal que se debe recorrer.

Fluctuando entre los datos duros y la emotividad, Gueiburt traza un paralelo entre la investigación y la propia vida de Vilas, dejando en claro que ser número uno no es una cuestión de ego, sino un merecimiento para alguien al que nunca se le corrió el objetivo de la mira.

A través de la cámara pasan figuras de la talla de Roger Federer, Rafael Nadal y Boris Becker, amigo y competidor de Vilas, aunque falta el norteamericano Connors.

“Lo contactamos muchas veces, pero no pudimos consolidar la entrevista. La iba a hacer él primero, pero después el hijo. Es el único que no pudo estar, pero siempre quiso. Creo que entre ambos no había animosidad. Fueron parte involuntaria de esta polémica”, opinó el realizador que debutó en la pantalla grande en 2003 con “Butch Cassidy”.

“Son personajes complicados por sus agendas. Fue un trabajo de producción muy largo, con pocos minutos para darte. Pero hubo mucha predisposición a participar en el proyecto. Desde el comienzo estuvieron predispuestos y después había que coordinar agendas. La pandemia también nos cambió un poco la dinámica del trabajo”, dijo Gueilburt.

El director se sumergió en un archivo que a la vista parece infinito. Cuadernos eternos con anotaciones del propio tenista a modo de diario íntimo; horas de grabaciones de Vilas durante las giras; entrevistas y mucho dato duro que debió transformar en atractivo para ser un filme.

“Encontramos ahí una historia hermosa para contar, pero también la idea de poder contar al historia del reconocimiento de haber sido el numero uno. La historia había que contarla a través de Vilas, porque ser un número uno es algo que lleva en la sangre”, explicó.

“Yo no tenía ganas de hacer una biografía de Vilas, pero sí quería contar con su voz en primera persona. La voz es del archivo personal de Vilas, que grabó mucho audio y escribió mucho. Tiene mucha precisión en la palabra, algo de un hombre que pasa mucho tiempo en los hoteles, solo”, comentó.