¿Trata de personas o cómo se trata a las personas?

Por Greta Lapistoy –

Empiezo a observar a mi alrededor, escucho los medios, leo los diarios y ante todo los comentarios en las redes sociales. Cada día resuena más fuerte en mi interior: ¿El problema es la trata de personas o cómo se trata a las personas?

En un mes donde la palabra libertad se usó hasta el hartazgo se hacían propuestas que incitaban más a la esclavitud que a la libertad.

Empecé a buscar en internet, leí la definición que dice que “implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, sea dentro del territorio nacional como desde o hacia otros países”. ES UN DELITO sin importar si hay consentimiento o no de la víctima. Claro está que justamente no se tiene en cuenta el consentimiento porque es una víctima y quién está en inferioridad de condiciones rara vez tiene la libertad de dar un consentimiento real, ya que muchas veces no les queda otra opción para poder sobrevivir ya sea físicamente, psicológicamente o emocionalmente.

Me enteré que es un delito de lesa humanidad, ya que viola los derechos humanos. Reconocido así a nivel internacional, por lo cual no tiene nada que ver con ningún relato político partidario. Las palabras de lesa humanidad y derechos humanos se utilizan en el ámbito judicial en el mundo; lo cual debería hacernos pensar en ellas más objetivamente sin tintes partidarios que se agudizan en años electorales.

Las cifras hablan de millones de personas y de miles de millones de dólares a nivel mundial. Debo agradecer que nunca llegara a ser víctima de la Trata de Personas. Podría haberlo sido, teniendo en cuenta que la mayoría de las víctimas son mujeres. Sin olvidarnos de los niños y las niñas; por último están los hombres en ser violentados de esa manera.

Así estamos, tratando a las maestras como si fuesen las niñeras de nuestros hijos y nuestras hijas a quienes podemos darles órdenes y amenazarlas con despedirlas; gritándole a una camarera como si fuese nuestra sirviente por unas horas y mirándolas con desprecio como las pobres. Y así estamos naturalizando que se hable de libertad y de la venta de órganos, que es la segunda forma de Trata, dos cosas que son opuestas pero que con marketing y coaching se convertirán en sinónimos.

Cosificamos a las mujeres, porque una parte mínima de ellas se muestra desnuda o provocadora para ganar dinero u obtener 5 minutos de fama, entonces como esa minoría es más visible que la mayoría se genera en el imaginario social que todas las mujeres son comprables a la hora del sexo. Así los hombres o mujeres  pueden seguir sintiéndose dueños de otra persona por un rato a cambio de dinero.

 Hijos que maltratan a quienes les dieron la vida cuando ya no los necesitan y los descartan cuál mueble viejo que no sirve. Madres y padres que usan a sus progenies como botín de guerra en un divorcio para dañar al otro, pagar o ganar más dinero.Personas tratando a las otras personas como objetos, sea cuál sea el objeto que creamos que es el otro. Y ese maltrato, en mi percepción, nos lleva inevitablemente al mal mayor del siglo XXI, la Trata de Personas. Digo el mayor, sabiendo que hay muchos males pero este delito se considera como la forma moderna de esclavitud. Sé que muchos dirán que siempre existieron los esclavos, y que los malones de indios se llevaban las mujeres (según la historia los colonizadores no hacían nada malo) y muchas cosas parecidas. ¿Pero volver a la época de la esclavitud es caminar al futuro?

¿Será entonces que tuvieron que inventar la Inteligencia Artificial porque perdimos nuestra Inteligencia Natural? ¿O quizás pensemos que la libertad está en aceptar o no ser vendidos para la explotación sexual, laboral o la venta de órganos?

Si seguimos tratando así a las personas no nos sorprendamos si en un futuro cercano la Trata de Personas deja de ser un delito para pasar a ser un derecho.


https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2023/04/09/trata-de-personas-cuales-son-las-zonas-con-mas-denuncias-del-pais/