
Por Maria Amelia Dinova Castro –
Hace un tiempo Jorge y Daniel fueron a la casa de su tío Benito y su tía Josefa a visitarlos.
Ellos eran españoles habían nacido muy lejos, cruzando el océano habían llegado aquí siendo muy jóvenes, les gustaba trabajar la tierra, en su casa tenían una hermosa huerta y además tupidos parrales, con los que el tío Benito preparaba el vino. A Jorge y Daniel l les gustaba mucho ir a visitarlos . Era una casa muy particular debajo del piso del comedor había un gran sótano, donde el tío tenía todos los barriles llenos, con el vino que preparaba.
En un momento el tío dijo que saldría a hacer un mandado y la tía Josefa estaba muy cansada se recostó y se quedó dormida. Ellos siguieron jugando alrededor de la huerta, hasta que Jorge que había ido a la cocina a tomar un vaso de agua, llamo a Daniel para proponerle bajar al sótano aprovechando que el tío no estaba y la tía dormía. Ese sótano los tenía muy intrigados. La tapa o puerta de entrada estaba debajo de la mesa del comedor, así que allí fueron, tratando de hacer el menor ruido posible, abrieron la tapa fueron bajando por la escalera y cerrando de a poco la tapa o puerta, con mucho cuidado porque de vez en cuando crujía un poco.
Con sus celulares iluminaron el lugar, repleto de barriles de vino donde el tío Benito guardaba lo que elaboraba con las uvas de su parral, también había un gran aroma que un poco los mareaba y entre risas y asombro ,mirando hacia todos lados , entre todos los barriles vieron un baúl. Hacia el fueron, sacudieron un poco su polvo e intentaron abrirlo, al principio no fue fácil, tenía una pesada tapa hasta que ya creyendo no lograrlo ,la luz se hizo, cuántas cosas había en ese baúl! Retratos, ropa hasta que algo negro, rojo y filoso apareció que es? pregunto jorge , creo que un florete dijo Daniel- uy, como el del zorro- pero mira me parece que aquí hay algo parecido a su disfraz, -a ver, a ver- sin pensarlo un minuto más, Daniel se vistió, se puso a fantasear y jugar con el florete, escondiéndose entre los barriles.
De pronto se escucha la puerta y unos pasos…. que harían ahora? … El tío Benito comenzó a llamarlos y buscarlos, pero al no encontrarlos pensó que se habían ido, ya que la puerta estaba abierta.
Ellos esperaron un rato sin saber que hacer…… de pronto se escuchó una música desde lejos muy tenue , que era? Uy dijo DDaniel,-me parece que el tío se fue al huerto con su violín , podríamos aprovechar para salir, golpeamos la puerta, como si recién llegáramos, que te parece???? -Si, si claro-. Muy despacito siguieron saliendo del sótano y corrieron hasta la puerta mientras el tío Benito ejecutaba su música en el violín con mucha pasión, hasta que comenzaron a golpear la puerta después de haber podido salir de la casa.
Muy débilmente el tío escucho golpes, dejo su violín y fue a ver qué pasaba. Cuando abrió la puerta y los vio dijo porque golpean? ahora después que se fueron sin avisar?? Disculpe tío pero nos llamó Juan, nuestro amigo que tenía un problema y fuimos ayudarlo pensando en – bueno, bueno- dijo el tío Benito otra vez dejen una nota, tienen que avisar Bueno vengan justo estaba por regar los tomates y el zapallo y los viñedos me ayudan??? – si tío como no y así hicieron , muy contentos los tres, sintiendo ese aroma a hierbas frescas que todo lo impregnaba, también desmalezaron un poco y algunas miradas de complicidad entre Jorge y Daniel se mezclaron con la tarea, mientras Benito les contaba historias de España. El atardecer fue llegando.. uy dijo Jorge -debemos irnos- ya pronto será de noche y así comenzaron a saludar al tío y agradecerle por la hermosa tarde, mientras se giñaban los ojos pensado que el tío no había podido descubrirlos. Antes de abrir la puerta escucharon una voz, que les decía pero como, no van a despedirse de mi??? Entonces se dieron vuelta y vieron a la tía Josefa con dos grandes frascos de mermeladas una de tomate y otra de zapallo. .. -Uy que rico- exclamó Daniel, -son para nosotros? -Si claro- dijo la tía Josefa muy feliz por toda la la visita de sus queridos sobrinos y su ayuda……-no dejen de venir siempre los estamos esperando – Y así Daniel y Jorge muy agradecidos la saludaron y entre risas picaronas le dijeron , por supuesto tía nos gusta mucho venir a visitarlos.
Realizado en el Taller de Cuentos de “Al Pie de la Letra de María Mercedes G”