Melancolía

En la espaciosa habitación escondí mi niñez
Escapando de los monstruos que deambulaban
Sin consuelo por el resto de la casa.

Conmigo llevé una espada, una brújula, y la lealtad
De mis amigos imaginarios.

Con mis manos atrapé la luna, el sol, el mar, y el viento
Para crear mis propias tormentas.

Llamé a la fatalidad y la herí de muerte.

A veces fui Dios
Y otras veces un soldado errante, exiliado.

A veces fui un desierto de arena
Y otras veces labios húmedos en un patio abandonado.

Al fin esculpí una mujer hasta la perfección,
Pero la melancolía me atravesó antes de que me alcance la madurez.

Jorge Zanzio