Elvira Yorio: “Una visita al asombro”

Por Elvira Martha Yorio* –

El verano londinense es denso y tenía más ganas de volver al hotel a ducharme, que seguir mis proyectados circuitos turísticos. Entonces me topé con el anuncio de la exposición de Dalí en el County Hall.  De inmediato entré. Aunque había visto otras muestras de él, allí se encontraban reunidas obras de distintas épocas, tanto plásticas cuanto objetos, fotografías, aforismos de su autoría…

La primera impresión que experimenté fue la de estar frente a algo sobrenatural: mezcla de divino y diabólico, pero en cualquier caso, no humano. Todo el universo y algo más parecía estar comprendido en esas formas escultóricas, en las pinturas y dibujos. La vida entera aprehendida ahí, con todos sus matices: belleza, horror, erotismo, armonía, muerte, miseria, misticismo, decrepitud, fortaleza…y todo ello tal y como se da en la realidad: en diversos planos superpuestos, entremezclando figuras que parecen una y son muchas. Me produjo un goce estético inefable descubrirlas. Fue uno de los pocos artistas que no simplificó la realidad.

Estaba perturbada, tal es la fuerza psíquica con que Dalí logra transmitir sus emociones. Ignoraba que había hecho las ilustraciones del libro de Lautreamont “Cantos del Maldoror” y verdaderamente son tan sobrecogedoras como el relato del escritor. También la reinterpretación de los dibujos de Goya es sorprendente.

Me fascinó esa libertad que respiran  sus obras ¡Qué maravilla  no ajustarse a ningún canon para crear! Se dio permiso para ser él mismo. Pudo nutrirse de escuelas tan disímiles como el impresionismo, cubismo, surrealismo, absorber lo mejor del renacimiento… sin encasillarse en ninguna, traspasando a todas mediante la invención de un estilo único e inimitable, fuera de toda categorización. Tuvo la sensatez de ser insensato. Sabiendo que el arte es ilimitado e imprevisible, no se sujetó a norma alguna, siguió sólo su genial intuición.

¡Qué duda cabe de que su arte es un arte provocador! Y precisamente en eso radica su mérito, no dejar indiferente al espectador. Creó figuras que, en otro contexto, podrían parecer obscenas  pero en cambio sirven para explicar la racionalidad de lo irracional o a la inversa, la irracionalidad de lo racional. Lo bello enlazado con lo absurdo, los caminos infinitos del entendimiento humano… y también la incomprensión y la locura.

Mirando todo eso comprendí que Dalí fue uno de los pocos seres que se dio el lujo de soñar, vivir sus sueños y trasmutarlos en un lenguaje peculiar pero comprensible, si bien no pensado por ninguno en ésa, su forma de ver las cosas.

Vi al eximio dibujante, diestro pintor, hábil escultor, que no se conformó con producir obras perfectas, estéticamente bellas, de  alguna forma las hizo vivir, hablar, transmitir…

La original percepción del cosmos contenida en la obra de Dalí, trajo a mi memoria la descripción de los paisajes mentales expuesta por Huxley, después de sus experiencias con alucinógenos. Ignoro si aquél los probó.  Porque si bien las visiones descriptas por el escritor, se deben al efecto generado por la ingestión de una sustancia, también puede producirla espontáneamente el organismo humano y generar cambios profundos en la conciencia. Las experiencias aludidas, transportan a quienes las  viven a un plano cósmico en el cual las formas son geometrías vivas, movedizas, “formas abstractas, tridimensionales, intensamente iluminadas y brillantemente coloreadas”, tal como lo son las obras del catalán.

De cualquier modo, no basta con ingerir alguna sustancia para convertirse en genio. Dalí lo fue, un gran visionario que asombró a sus contemporáneos y seguirá deslumbrando a  las generaciones venideras : Proyectó su propio yo sobre el telón de fondo de la eternidad.

Salí del edificio un poco mareada  y con  el corazón palpitante. No podía dejar de pensar en el niño que – vestido de marinero – intentaba comprender al mundo, desde un ángulo de las telas.                 

                                         

*Estas reflexiones fueron publicadas en Revista Reflejos Nº 54.

Fotografías: Archivo web.