En tren de Buenos Aires a Córdoba en una experiencia inolvidable

Por Guillermo Cavia –

El principio 

El domingo 8 de enero por la mañana Capital Federal estaba radiante. El cielo limpio sin nubes acompañaba a una ciudad que tenía poco ruido e iniciaba, en la zona de Retiro, el movimiento de los vendedores que ocupaban las veredas de las tres líneas ferroviarias, Mitre, Belgrano y San Martín, además de la acera frente a la terminal de ómnibus.

Desde la estación de trenes San Martín se podía divisar el andén donde en dos horas saldría el tren rumbo a Córdoba. Hace tiempo que se activaron varios ramales en Argentina y uno de ellos es el que une CABA con la ciudad de Córdoba.

A las 09:30 horas se podía observar a la formación acercarse marcha atrás para estacionarse en un andén preparado para la salida, prevista a las 11:30 de la mañana. Mientras tanto, los pasajeros estaban haciendo una larga fila afuera de la estación, sobre una calle, en el lateral izquierdo de la estación.

Tren ingresando al andén para partir hacia Córdoba

Había mucha juventud que daban un toque de color y frescura al movimiento matutino, tenían mochilas, guitarras, felicidad que compartían con el resto por el hecho de estar próximos a tomar un tren. También numerosas familias que aguardaban que se abrieran las puertas de un galpón acondicionado en donde se controlaban los pasajes, ese era el paso previo antes de subir a la formación.

Una hora antes de la salida del tren la puerta se abrió para el alivio de las personas que esperaban, bajo los rayos del sol, poder ingresar al galpón del pre embarque. En la puerta dos empleados de Trenes Argentinos iban escaneando pasajes impresos y digitales.

El tren número 267 que uniría la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con Córdoba, estaba listo para ser abordado. En Provincia tenía asignado el coche 402 con comodidad Pullman. Una señorita de impecable uniforme miró el pasaje y nos indicó el asiento.

La formación tiene siempre tres clases diferente: Camarote, con un total de 12 cabinas por formación, en cuyos compartimentos pueden viajar dos personas, el mismo prevé ropa de cama y todas las comodidades necesarias para tener un viaje relajado y descansado. La clase Pullman, que tiene asientos confortables, consigna tres por línea, dos juntos y uno individual al otro lado del pasillo. Por último la Primera Clase, también con asientos cómodos, iguales a Pullman, pero hay dos a cada lado del pasillo, cuatro por línea.

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Vídeo del momento en que se sube al tren

El vagón estaba impecable y así se podía ver toda la formación. Cortinas amarillas para cada una de las ventanillas daban al ambiente interno un tono de calidez adicional. El aire acondicionado en funcionamiento hacía agradable la llegada del mediodía porque la temperatura externa superaba los 32 grados centígrados, mientras que un cartel digital interno dispuesto sobre cada puerta, mostraba que el vagón se mantenía en 23 grados.

Antes de la partida un señor que parecía ser la persona de mayor responsabilidad dentro de la formación habló acerca de las normas de conductas en el viaje. Entre ellas las de evitar tirar papeles en el inodoro de los baños, porque según dijo textualmente “si el inodoro se tapa, no van a poder usar el baño y este es un viaje de 21 horas, así que les recomiendo no tirar los papeles”. Unos de los pasajeros lo interrumpió para expresarle que en esos baños no había jabón, la respuesta fue que “antes de salir iban a colocar el jabón”.

Puntualmente a las 11:30 de la mañana el tren inició su viaje hacia la ciudad de Córdoba. Cuando el segundero mostró en el reloj la hora exacta, el tren comenzó su marcha. La estación San Martín de Retiro fue quedando atrás para abrirse a un escenario de nuevas estaciones que fueron sucediéndose una tras otras.

En viaje 

El mediodía llegó más rápido de lo que se pensaba y como el tren tiene en cada formación un coche comedor, el mismo se habilitaba a la media hora de iniciado el viaje. En poco de tiempo de marcha se podía ver a las personas que pasaban hacia ese lugar del convoy para comprar el almuerzo.

El coche comedor tiene mesas con asientos, no es un lugar donde uno puede sentarse para que lo atiendan como si fuera un restaurante, sino que debe realizarse una cola y tras un vidrio, una persona vende distintas cosas, gaseosas, sandwiches de miga, pebetes, infusiones, agua, además de chocolates y otras golosinas.

Ese coche también consta de una biblioteca y juegos de mesa que están para que el pasaje pueda utilizarlos, leer o pasar un rato jugando con amigas, amigos o en familia. También las ventanillas son amplias  y permiten disfrutar del paisaje variado durante el trayecto.

En el camino hacia el comedor o entre los distintos coches de la formación uno puede observar que las familias tienen sus heladeras portátiles, allí están con todo lo necesario para el largo viaje de 21 horas que se recorre entre Capital Federal y la ciudad de Córdoba.

Algunos pasajeros aprovechan para caminar, también cargar los celulares en los enchufes dispuestos en cada extremo de los vagones, con posibilidad de cargar de a cuatro móviles, además de otro toma corriente ubicado en la mitad de cada vagón.

El viaje tiene buen ritmo hasta llegar a Rosario, incluso el tren tiene una buena velocidad y se escucha el pitar de la locomotora al llegar a los paso a nivel. El paisaje del campo es bello y mientras transcurre va ganando la melancolía del atardecer y la noche. Las luces cerca de las 23:00 horas se apagan y de a poco el silencio va ganando, apenas interrumpido por el traqueteo suave del tren que sigue su marcha.

Lo imposible 

Desde el año 2015 los trenes que van de Capital Federal a Córdoba y viceversa son de última generación, también las máquinas que los arrastran. Los anteriores utilizados en ese ramal, como en otros de Argentina, eran coches holandeses de 1960.

El lector podrá preguntarse: ¿Por qué tarda 21 horas? La respuesta se centra en que una cosa es el confort y otra muy distinta los tiempos de viaje. Si bien las obras de infraestructura en los 700 kilómetros de vías entre Capital federal y Córdoba, se habían iniciado, solamente alcanzaron para la doble vía entre Buenos Aires y Rosario.

Se han realizado mejoras en el resto del ramal pero no alcanza. Los tiempos siguen siendo adversos. Pero el tren también sigue siendo el tren y es por eso que quienes están dispuestos a la aventura del tiempo lo elijen, como así también por un tema económico.

Un tren puede transportar 463 pasajeros y está compuesta de tres coches Pullman, cuatro de Primera, uno Comedor, un coche Camarote y un furgón de servicio. Los pasajeros tienen casi todas las comodidades, claro que a la hora de lavarse las manos con jabón, no es posible, porque el mismo, a pesar de la promesa del encargado del tren, jamás fue colocado en los 9 coches con baños.

Transporte de carga en las mismas vías 

El Ministerio de Transporte de la Nación, mediante una resolución firmada, oficializó en junio del 2021 la decisión de rechazar la prórroga de las concesiones ferroviarias de las líneas de carga Sarmiento, Mitre y Roca, tras 30 años de administración con balance negativo.

El Ministerio de Transporte fundamentó su decisión en el análisis de la Comisión Especial de Renegociación de Contratos de la cartera nacional que concluyó en que “las concesiones ferroviarias de cargas arrojaron al cabo de casi 30 años, un balance negativo en términos de estado de la infraestructura (velocidad y ramales perdidos)”. 

Lo bueno, lo malo y lo feo 

El tren de pasajeros arribó a la estación Mitre de Córdoba el lunes 9 de enero a las 08:30 horas de forma puntual, como ocurre en los mejores ferrocarriles del mundo. Incluso a pesar de un contratiempo en la estación Rosario Norte, donde la locomotora debió ser cambiada por otra debido a un desperfecto en el sistema de frenado.

La locomotora que fue reemplazada en Rosario y llegó a Córdoba

Quienes viajaron en el tren pudieron disfrutar modernos coches que tienen aire acondicionado, suspensión inteligente, puertas automáticas, asientos reclinables, coche con camarotes, comedor, incluso (casi) televisión, porque los monitores están en cada uno de los vagones pero no encendieron ni una sola vez durante las 21 horas del recorrido.

El tren está preparado para tener un viaje de calidad y a un precio que no tiene competencia porque el pasaje cuesta $1070 en primera clase, $1.290 en Pullman y $3.740 en camarote para dos personas. Si uno hace el trayecto en ómnibus el precio de de $8,500 y 9 horas de viaje. En avión se puede llegar a conseguir, en una línea de bajo costo, a $8.200, el recorrido lo hace en 1 hora 10 minutos.

En algunas ocasiones el personal llamó la atención de algún pasajero para que utilice de manera correcta el asiento. Lo hizo de un modo educado y el hecho permite que las instalaciones se disfruten de buena forma para no dañarlas por un mal uso.

Viajar en un tren que está al mismo nivel de equipamiento que los de mediana velocidad de Europa, aunque en éste el tiempo entre las cabeceras es extremo, sigue siendo hermoso. Incluso cuando en su andar también muestra su peor escenario, porque desde las ventanillas se observan varias estaciones abandonadas, con los pastos altos e incluso en diferentes paradas se ve un panorama desolador del ferrocarril, que es absolutamente distinto a lo que expresa el interior de la formación, que no condice con la realidad exterior.

En tres estaciones se escucharon tremendos impactos de piedras contra varios vagones. Ocurrió al atravesar zonas de las ciudades bonaerenses de San Pedro y San Nicolás, como también en Rosario, provincia de Santa Fe. Fueron los lugares en donde el tren fue apedreado por niños de entre 9 y 11 años y por algunos adolescentes. Incluso en algunos casos, bajo la atenta mirada de adultos que parecía estaban a la espera de la rotura de un vidrio, cosa que no ocurrió porque el tren ya tiene sus ventanas preparadas con sistemas blindex, para soportar esas embestidas.

Los impactos de piedra en el tren

Para cambiar 

En los 700 kilómetros del tren acaece de todo y nunca la formación pierde su romanticismo, incluso al subir se percibe su confort y limpieza. Se destacan las buenas acciones, como la mujer que nos recibió, deseando tuviéramos un buen viaje. También los sonidos que no cambian ni vencen, mantienen la impronta intacta.

Quizás hay cosas que no deberían ocurrir. El guarda o la persona a cargo del tren, tendría que estar capacitado para hablarle al pasaje, porque lo hace a personas que lo están oyendo con atención y merecen un trato amable. Su discurso fue impartiendo órdenes sobre varias cuestiones, como por ejemplo, acerca del manejo del papel en el baño y de otros desempeños dentro del tren e incluso, debiera además conocer que todas las personas son valerosas y merecen ser respetadas. Una mujer le hizo una pregunta relacionada con la partida de la formación, su respuesta fue: “el tren sale cuando arranca”. Lamentable contestación de un empleado de Trenes Argentinos, que verdaderamente no estaba a la altura de sus pares, cuando claramente se evidenciaba que bajo su mando se sostenía toda la formación.

El lateral de la estación San Martín de Retiro

Tampoco debería ocurrir que en la cola para poder ingresar al lugar de embarque en la estación San Martín de Retiro, haya que estar más de una hora soportando la mugre, el olor a pis intolerable y las personas mayores, niñas y niños, bajo los rayos de un sol calcinante de pleno enero.

Otro dato es que si bien los precios del comedor del tren son bastante accesibles, alguien debería supervisar que por ejemplo, los pebetes que se venden, son del tamaño de medio pebete y el pan parece que tuviera varios días, evidenciado por su consistencia dura y seca.

Epílogo 

En diciembre del año pasado el Gobierno nacional extendió las concesiones de tres líneas de transporte ferroviario de cargas, luego de que la licitación llevada adelante por Trenes Argentinos Cargas fuera declarada desierta. La medida alcanza a Ferro Expreso Pampeano, Nuevo Central Argentino y Ferrosur Roca. Lo que indica que el balance negativo que se hizo en el 2021 seguirá mostrando la misma cara.

En los considerandos, la resolución señala que por ley 27.132 “se estableció la modalidad de acceso abierto a la red ferroviaria nacional, previendo que cualquier operador pudiera transportar la carga con origen y destino en cualquier punto de la red”.

Se tomó la decisión de “extender el uso de vías por un plazo de 18 meses de forma precaria y revocable en cualquier momento a Ferro Expreso Pampeano, Nuevo Central Argentino y Ferrosur Roca”, explicaron en un comunicado.

Los trenes de pasajeros no tienen por ahora prioridad en las vías, pero al menos están funcionando. Se está dando un paso gigante para que los trenes de pasajeros puedan operar. Hasta se han armado y habilitado talleres de última generación para re acondicionar y reparara las formaciones. Si algo tenemos los argentinos es esperanza y paciencia. Algún día todo llegará.

Este medio agradece la atención y deferencia para con nosotros del Subgerente de Prensa de Trenes Argentinos, Alejandro Pérez.