Por Jorge Zanzio –
Día 6:
Medio día. Playa del Este. Hoy nublado, frío y con ventisca. Nos agazapamos en un reparo que encontramos entre arbustos en medio de un médano. Joaquín refunfuña un poco porque no puede jugar con el agua, pero igual se entretiene con la arena. Aunque para la mayoría de los mortales estar en una playa del caribe con este tiempo sería desalentador, a Mercedes y a mí no nos hace mella dado que nos seduce el clima gris; en Argentina vamos muy seguido a la playa en otoño, e incluso también las hemos visitado en invierno. En verano nunca elegimos la costa, y sí ahora viajamos tantos miles de kilómetros es para palpar un poco la historia de Cuba, para aproximarnos a su cultura, para conocer la Habana, intensamente, en la medida de lo que se pueda. Las playas de la isla, en general, son muy atractivas, pero para nosotros no son más que un efecto colateral auspiciado por el interés de nuestro pequeño vástago.
A pesar de ser yo amante del cine de Ingmar Bergman, es a Mercedes a quien el día nublado en la playa le recuerda las imágenes vistas en google o en youtube de la isla sueca perdida en el mar Báltico, “Fårö, la isla de los corderos”; lugar en donde el director sueco no solo filmó varias de sus películas, sino que también vivió por más de cuarenta años hasta su muerte en 2007. Ambos deseamos algún día también poder viajar a esa geografía, más por admiración al artista que por cuestiones paisajísticas.
A diferencia del barrio el Vedado en donde nos sentimos medio vecinos, en el resto de la ciudad se nos vuelve esquizofrénica la cuestión monetaria porque a veces podemos pagar con CUP (pesos cubanos), pero otras veces debemos pagar con CUC (el peso convertible).
Paseando por el centro de la Habana vendedores callejeros insistentemente nos ofrecen sus productos (la necesidad tiene cara de hereje). Nosotros eludimos a la muchachada con picardía argenta.
A la noche, en el teatro “América” de la Habana vemos el musical “Un conventillo en la Habana”. Excepto por algunos detalles mínimos, el espectáculo es rotundamente olvidable.
Al volver, a dos cuadras de nuestro domicilio, en un pequeño local de comidas para llevar nos compramos unas hamburguesas caseras muy robustas, completas con vegetales y queso. Clasificación: mucho más sabrosas y saludables que las del imperio.
Seguí cada sábado este diario de viaje por la Isla de Cuba.
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Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte V
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte IV
AÑO 2013. DIARIO DE CUBA (una vueltita por la historia), parte III
AÑO 2013. DIARIO DE CUBA (una vueltita por la historia), parte II
Año 2013. Diario de Cuba (una vueltita por la historia), parte I