Dr. Martín Zuccato –
La pregunta surge cuando, pasada la primera sorpresa que nos provocó la pandemia, vemos que personajes de la televisión como Lizzy Tagliani, Marley o los inefables comentaristas de fútbol –hoy casi historiadores, ante la ausencia del deporte local en las pantallas-, se exponen todos los días a los perniciosos efectos del Covid 19 sólo para lograr que nosotros, los encerrados en casa, no suframos por su ausencia y nos volquemos, por ejemplo, a la lectura de una novela, a escuchar música o a aprender a tocar la guitarra.
La condición de esencial del entretenimiento televisivo no ha sido jamás cuestionada socialmente, ni osaría tampoco hacerlo hoy quien suscribe la presente.
Como contrapartida de lo antedicho, nos encontramos ayer con la noticia de que – a más de 100 días del comienzo del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio –ASPO-, la Justicia Contencioso Administrativa de La Plata, en el marco de una causa iniciada por el Colegio de Abogados de la Provincia, ha emplazado al Poder Ejecutivo Provincial para que –en el nada breve plazo de 20 días- defina si declara o no actividad esencial a la actividad judicial.
Si estimado lector, leyó bien: La justicia le pregunta al Poder Ejecutivo si ella misma es esencial o no. Como la cuestión me parecía alocada, decidí consultarlo con un prestigioso letrado local, pero su secretaria –en teletrabajo desde su casa- se negó a pasar la llamada porque temía que su jefe “se pegara un corchazo ante la angustia que le provocaría semejante requisitoria”, según sus propios dichos, en una singular fusión de lenguaje barrial con forense.
Es entonces, de toda evidencia, que debemos bregar a esta altura por el dictado de normas claras que pongan razonabilidad y transparencia sobre lo que es esencial o no en una sociedad, porque mientras los excelentes modistos de “Corte y Confección” –y todo el personal que los rodea- se juegan la vida por nosotros en las pantallas catódicas, el Poder Judicial y también el Poder Legislativo se encuentran analizando la esencialidad o no de su rol.
