Las palabras que tienen otro significado: Justicia, igualdad, privilegio

Por Guillermo Cavia –

El intendente radical de Florentino Ameghino, Nahuel Mittelbach, les aumentó a los empleados municipales el sueldo, a la vez bajó el propio un 30%. “El esfuerzo tenemos que hacerlo todos”, dijo el jefe comunal en sus redes sociales, donde agregó: “estamos muy contentos con el acuerdo que logramos para que el aumento a los empleados municipales supere la inflación y que los más beneficiados sean los que menos ingresos tienen, decidimos aumentar más a los que menos ganan y menos a los que ganan más”

Esa acción del intendente de Ameghino se transforma en un rayo de luz ante las varias miserias que acontecen en nuestro país.

En los sueldos que cobran quienes trabajan en Argentina se pueden ver las abismales diferencias. La clase dirigente de cualquiera de los tres poderes, legislativo, judicial y ejecutivo, como una gran mayoría de sindicalistas, poseen haberes mensuales que permiten un estándar de vida que es ajeno para la gran mayoría de los mortales que habitan este país.

Una decisión

La Cámara de Diputados de la Nación introdujo cambios en el proyecto de Presupuesto 2023 e incorporó un artículo para que los jueces, funcionarios y empleados del Poder Judicial paguen el Impuesto a las Ganancias, independientemente de su año de ingreso.

La solicitud fue realizada por uno de los secretarios de la Comisión de Presupuesto, Marcelo Casaretto (FDT), quien señaló que “hay que modificar, dentro del rubro de gastos tributarios, la exención de los ingresos de magistrados y funcionarios de los poderes judiciales nacionales y provinciales”.

“Los trabajadores que ganan más de $ 330.000 pagan Ganancias, y los Jueces de la Corte Suprema y menores niveles, que ganan $ 1.000.000 o $ 2.000.000 mensuales no pagan. El Presidente de la Nación y sus Ministros, y los Legisladores, PAGAMOS”, publicó el legislador en su cuenta de Twitter y agregó que “el costo fiscal de la exención de Ganancias a Jueces es de $ 237.850 millones para 2023. A esta altura, eso es un PRIVILEGIO inaceptable en la sociedad argentina. Todos tenemos que ser IGUALES ante la Ley”, expresó.

Cuando se habla de “IGUALES”, se refiere, “ante la ley” porque la verdad, “IGUALES” no es en Argentina una verdad. Por citar un ejemplo, la vicepresidente gana más de 4.000.000 por mes, un valor que a un empleado le costaría casi cuatro años de trabajo conseguir y si se trata de un jubilado, estaríamos hablando de algo más de 8 años. Por eso cuando se habla de “IGUALES” hay que preguntarse ¿a qué “IGUALES” se refiere?

Los jueces

La Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional manifestó mediante un comunicado “su rechazo a la incorporación, en el proyecto de ley de presupuesto nacional, de una cláusula que pretende -una vez más- violentar la cláusula constitucional que protege los salarios del Poder Judicial y los Ministerios Públicos”.

Luego agregan: “Como hemos señalado en ocasiones anteriores, el salario no es ganancia ni un privilegio”, sostiene el documento, firmado por el presidente de la Asociación, Marcelo Gallo Tagle, y el secretario general, Marcelo Peluzzi.

Nuevamente aparece la palabra: “PRIVILEGIO”, acaso hay que aclarar que la misma se trata de una ventaja especial o una exención de una obligación que alguien puede disfrutar debido a su propia capacidad o también por recibir la concesión de un superior. Poseer los sueldos de los jueces de Argentina es sin lugar a dudas un “PRIVILEGIO”. Podríamos preguntarnos: ¿Qué clase de justicia tenemos si en el mismo seno se cree que otros deben pagar un tributo pero ellos no? La palabra Justicia se evanece por sí misma.

Intendente de Florentino Ameghino, Nahuel Mittelbach

En la semántica de las palabras que se dicen y se mencionan como derechos naturales, encontramos todas las fallas posibles de un país que está necesitado de gestos, de grandeza, de rayos de luz. Por eso vuelvo a quedarme con las del intendente de Ameghino: “esto representa un gran esfuerzo para todos los vecinos, que día a día pagan su impuestos, y también para el Municipio. Por eso yo también voy a hacer un esfuerzo” y continuó: “la Ley Orgánica dice que mi sueldo está atado al sueldo mínimo municipal, por lo que cuando éste aumenta, mi sueldo también aumenta. Por eso, decidí bajar un 30% mi sueldo eliminando los “gastos de representación” y donando una parte a la Cooperadora del Hospital Municipal”.

Para pensar en un país que necesita crecer, generar confianza, ser serio, proyectarse como una nación creíble, es necesario que la clase dirigente haga autocrítica. Que cambie las reglas del juego que hasta ahora solamente ha beneficiado a una pequeña porción de la sociedad que ellos mismos ocupan, lo ha hecho de manera exponencial, sideral y hasta en ocasiones, escandalosa.