Cruce de historias en el comienzo de la competencia de Cannes

Un filme de realizadores belgas rodado en Italia y otro del director ruso Kirill Serebrennikov que investigaban con distintos formatos y ópticas el destino de vidas cruzadas por el deseo, el amor y el malentendido abrieron la competencia por la Palma de Oro del Festival de Cannes.

El primer turno se vio “Tchaicovski’s Wife”, un melodrama de época de Serebrennikov, realizador ruso disidente del gobierno de Vladimir Putin, que sufrió arresto domiciliario entre 2017 y 2019 y en la actualidad vive en el exterior y más tarde “Le Ottto Montagne”, del director Felix Van Groeningen y la actriz y realizadora Charlotte Vandermeersch, rodado entre las montañas cercanas y la ciudad de Turín y que sigue la relación entre dos amigos desde que son niños hasta adultos.

Filmado en formato 4:3, “Le Otto Montagne” propone una exploración de la montaña, la amistad que se crea en la niñez y se sostiene en el tiempo y los legados paternos, al seguir la vida de dos chicos, Pietro y Bruno, una de la ciudad de Turín y con formación y cultura urbana y otro de las montañas de Grana, de familia campesina, hasta que son adultos.

El filme, basado en una novela homónima de Paolo Cognetti, encuentra a los niños cuando uno va de vacaciones al campo a lo largo de varios años y después sigue el desarrollo de sus vidas.

Sobre este fondo existencial y de decisiones personales, alianzas y conflictos familiares y el modo de manejar, templar o resistir la herencia paterna, el filme se interna en el territorio de la montaña, como espacio convocante cinematográfico y existencial: primero la de Grana de las vacaciones y luego incluye también a Nepal y el Himalaya.

En tanto la película de Serebrennikov -que trae habitualmente sus filmes a Cannes aunque por las sanciones del gobierno ruso nunca había podido estar en la Croisette- arma un tenso y complejo melodrama a partir de datos de la vida del compositor romántico ruso Piotr Ilich Tchaicovski, su fallido matrimonio con Antonina Miliukova en 1877 y su oculta pero manifiesta homosexualidad, dato histórico negado por el gobierno actual.

El incordio surge ante el rechazo flagrante de Tchaicovski hacia su mujer y el indoblegable deseo de esta hacia él, de un matrimonio que pareció no consumarse nunca y que según datos históricos tuvo apenas un mes de convivencia pero la unión legal se mantuvo hasta la muerte del compositor de “El cascanueces” y la ópera Eugenio Oneguin, en San Petersburgo en 1893, de cólera según el relato oficial y causada por un suicidio como sugieren algunas sospechas históricas.

Con una buena relación narrativa y una iluminación casi brumosa y que apuesta a climas cargados y tonos tenues, Serebrennikov construye un melodrama radical, en las líneas de lo soportable y muy afín a ciertos legados de la literatura rusa donde juegan su parte las decisiones inquebrantables, el honor, la deshonra y la aparición de los deseos que no pueden ser torcidos por la voluntad y arrastran consigo los destinos.

Fueron las dos primeras película de una competencia con grandes promesas y que se compone de 21 títulos, que mañana dará a conocer “Armaggedon Time”, del realizador neoyorquino James Gray, que con rasgos autobiográficos visita su adolescencia a mediados de los 80 en Queens, con protagónicos de Jeremy Strong, el elogiado actor de “Succession”, Anne Hathaway (“Los miserables”, “El diablo se viste a la moda”) y el laureado Anthony Hopkins; y “EO”, del experimentado polaco Jerry Skolimowski (84 años), que propone una visión de la Europa moderna a través de la mirada de un burro viajero.