Un mural por el estudiante Miguel Bru

Familiares y amigos de Miguel Bru, el estudiante platense de 23 años torturado, asesinado y desaparecido por la policía hace 28 años, inaugurarán hoy un mural en memoria del joven, en reclamo por la aparición de sus restos y para repudiar la continuidad de los casos de gatillo fácil en el país.

Se trata de un mural realizado por alumnos y docentes del 3er año de la carrera de muralismo de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata en las calles 61 entre 122 y 123 de La Plata, que será inaugurado a las 17.30.

El rostro de Miguel Bru, su bicicleta y su perro son los dibujos principales plasmados en esa pared, donde no faltan alusiones a la búsqueda del estudiante, ya que se ve una vela encendida con la pregunta tantas veces pintadas en otras paredes de la capital bonaerense: “¿dónde está Miguel?”.

“Es una emoción enorme inaugurar ese mural donde se lo ve a Miguel en esa eterna juventud en que quedó varado, esa vida truncada por las fuerzas de seguridad, es muy impactante”, explicó a Télam Jorge Jaunarena, Secretario de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.

Destacó que el mural “es una obra al servicio de la memoria, para recordar lo que pasó con Miguel y lo que es el gatillo fácil y la violencia institucional en Argentina, y para seguir insistiendo con la pregunta y el reclamo de saber dónde está Miguel”.

Miguel Bru desapareció luego de denunciar a efectivos de la comisaría novena de La Plata por un allanamiento ilegal en su casa y comenzar a ser amenazado y hostigado para que retirara esa acusación.

Según se acreditó en el juicio, el joven fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio, en el partido de La Plata, el 17 de agosto de 1993 y las declaraciones de varios detenidos y las pericias en el libro de guardia permitieron comprobar que fue ingresado en esa seccional entre las 19 y las 20, donde fue visto por última vez mientras era torturado.

En 1999, en un juicio oral y público, fueron condenados a prisión perpetua el exsubcomisario Walter Abrigo, quien murió en la cárcel; y el sargento Justo López, por el homicidio y desaparición; mientras que por encubrimiento fueron sentenciados el excomisario Domingo Ojeda y el exoficial Ramón Ceressetto.

En estos 28 años ya se realizaron más de 39 rastrillajes de búsqueda por lo que su familia y la Asociación reclaman que el único detenido en la actualidad, Justo José López, el resto de los policías implicados en la desaparición, o cualquier persona que pueda brindar algún dato, cooperen para poder encontrarlo.

Además, el gobierno de la provincia de Buenos Aires ofrece una recompensa de hasta un millón y medio de pesos a quien aporte un dato que permita encontrar su cuerpo.