A dos siglos de la decodificación de la piedra de Rosetta, que marcó el inicio de la egiptología, un grupo de arqueólogos egipcios presentó un reclamo público para exigir la repatriación de ese célebre fragmento de piedra fechado 196 años antes de nuestra era que permitió descifrar el lenguaje de los antiguos jeroglíficos, y que actualmente forma parte de la colección del Museo Británico, a pesar de haber sido expoliado de manera ilegal por tropas británicas.
La devolución o repatriación de objetos extraídos de manera violenta o en contextos bélicos son entendidos como actos de reparación, en la medida que reconocen la ilegalidad con la que algunos se hicieron de esos bienes de significación invaluable. A tono con los nuevos tiempos que exigen revisar las estructuras de dominación, la restitución avanza en numerosos espacios que inician su “descolonización” para reparar algo del pasado expoliado. Es ahí donde aparecen los arqueólogos egipcios con un reclamo que esperan se extienda a toda la sociedad.
Y lo hacen cuando se cumplen 200 años de unos de los hallazgos más importantes que habilitaron las claves para comprender mucho de la historia de la humanidad, gracias -precisamente- a la famosa piedra de Rosetta. Para los arqueólogos ese fragmento de piedra roto, junto con otros 16 objetos, pertenecen a un lugar: Egipto. De lo contrario el Museo Británico seguiría perpetuando una situación colonial, que se supone desde hace tiempo debería haber quedado atrás.
Pero el reclamo a Reino Unido no es nuevo. Hace tiempo que al museo se le viene exigiendo una “descolonización”, tanto con la piedra de Rosetta, como con los Mármoles del Partenón -que Grecia exige desde el siglo XIX- y otros objetos de arte adquiridos durante las intervenciones militares en África (Ghana, Benín, Nigeria, Etiopía, Maqdala, el reino Asante). Como respuesta, el año pasado, la institución anunció que comenzaría un procedimiento para analizar el origen de su colección, compuesta por unas 8.000 millones de piezas.
La campaña que iniciaron los más importantes arqueólogos egipcios busca concientizar a la sociedad para que en conjunto eleve una solicitud formal con el reclamo de los bienes, con el Gobierno como aliado ya que es la autoridad responsable para iniciar el reclamo. En el caso de la piedra Rosetta, los arqueólogos afirman que fue un botín de guerra tomado por tropas británicas y critican que se prive a su país de origen tanto de la recuperación de una pieza clave de su patrimonio cultural como de un proceso de reparación del daño producido por siglos de violencia y ocupación colonial, como informa el diario español El País.
“Hemos estado trabajando en esta petición durante los últimos dos años, desde julio de 2020. Y queríamos lanzarla con el recuerdo de los 200 años del desciframiento de la piedra de Rosetta”, explicó la arqueóloga Monica Hanna, decana en funciones de la facultad de Arqueología y Patrimonio Cultural de la universidad en Asuán, en el sur de Egipto. La arqueóloga adelantó que la petición ya tiene miles de firmas.
La piedra de Rosetta es un parte rota, un fragmento de losa, de una antigua estela en la que está inscripta un decreto oficial emitido en la ciudad de Menfis en tiempos del faraón Ptolomeo V (204-180 a. C.). El objeto es único porque contiene la misma inscripción en tres idiomas -jeroglíficos, demótico y griego- lo que permitió que, en 1822, el historiador francés Jean-François Champollion descifrara la escritura egipcia antigua y sentara las bases de la egiptología.
Como informan medios internacionales, la piedra Rosetta fue encontrada unos años antes, en 1799, en un fuerte de la época mameluca en la ciudad de Rosetta, antaño el principal centro portuario de Egipto, por miembros de la expedición francesa de Napoleón Bonaparte que ocupó el país entre 1798 y 1801. Este último año, tropas británicas derrotaron a los galos y ambos bandos firmaron un tratado que, en uno de sus artículos, estipulaba que los franceses debían entregar todas las antigüedades que hubieran descubierto al ejército británico-otomano. Allí se encontraba la famosa piedra.
Por eso, la demanda de los arqueólogos indica que Egipto se encontraba bajo ocupación y que no tenía soberanía sobre su patrimonio cuando se firmó dicho tratado, y además considera que viola el derecho internacional consuetudinario. La solicitud quiere ir más allá al señalar que la devolución sería una reparación por injusticias históricas.
Mientras tanto, desde hoy y hasta el próximo 19 de febrero, la piedra de Rosetta protagoniza, precisamente en el museo británico, una gran exposición homenaje por los 200 años de la decodificación de su inscripción, junto con otros objetos que ayudaron a los investigadores a descifrar los jeroglíficos, permitiendo -por primera vez- leer escritura antigua y abarcar más del pasado de la historia humana en unos 3.000 años.