Por Dr. Luis Sujatovich* –
La pregunta por el ser ha sido una de las inquietudes más recurrentes en la historia de la humanidad. Durante milenios, grandes pensadores han desarrollado diversos sistemas filosóficos para buscar certezas sobre nuestra existencia. En este contexto, cabe preguntarse si la tecnología digital ha aportado respuestas novedosas: ¿acaso la red nos brinda alguna certeza sobre nuestra existencia? Para explorar esta cuestión, nos centraremos en cuatro corrientes filosóficas: racionalismo, empirismo, existencialismo y materialismo.
Racionalismo: “Pienso, luego existo”
Para los racionalistas, como Descartes, la existencia se prueba a través del pensamiento. En la red, la presencia podría definirse por la capacidad de generar y transmitir ideas. Un perfil en línea “existe” si produce contenido significativo. Sin embargo, una inteligencia artificial sofisticada, como ChatGPT o influencers virtuales como Lil Miquela, puede simular pensamiento y ser percibida como existente, aunque carezca de conciencia.
Empirismo: La existencia como percepción
Para los empiristas, como Locke y Hume, algo existe si puede ser percibido. La experiencia sensorial es la base del conocimiento y la prueba de la existencia. En el entorno digital, algo “existe” si es visible para los usuarios. Esto incluye sitios web y perfiles en redes sociales. No obstante, los bots y programas automatizados pueden inflar artificialmente la cantidad de seguidores en plataformas como Instagram o X, generando una ilusión de existencia e influencia.
Existencialismo: La libertad como fundamento
Para los existencialistas, como Sartre, la existencia se define por la autonomía en las decisiones y acciones. Un usuario en Internet existe si actúa con independencia y genera impacto. Una cuenta activa en redes sociales o un blog que publica contenido podrían considerarse “existentes”. Sin embargo, esta visión plantea interrogantes sobre la autonomía real en un ecosistema digital regido por algoritmos que determinan qué contenidos tienen visibilidad, como ocurre con los virales en TikTok o el filtro burbuja en Google.
Materialismo: La existencia como entidad física
Para los materialistas, algo existe solo si posee una base física. En Internet, esto se traduce en servidores y centros de datos. Sin esta infraestructura, la red no podría existir. El materialismo histórico ofrece una lectura más profunda: Internet es un entramado de relaciones de poder, producción y consumo. Los algoritmos explotan el trabajo inmaterial de los usuarios y mercantilizan la subjetividad a través de la recolección de datos y la vigilancia masiva, como lo evidencia el uso de datos personales en modelos de negocio como el de Facebook o Google Ads. Sin embargo, este enfoque se centra tanto en el dominio de los dueños de las grandes corporaciones que, en ocasiones, invisibiliza al sujeto y su capacidad de apropiación y resignificación de la tecnología.
¿Dónde queda el ser en la era digital?
La tecnología digital ha transformado nuestra concepción de la existencia, pero también ha desdibujado certezas que durante siglos buscamos a través de la razón, la experiencia, la libertad y la realidad física. En lugar de ofrecer respuestas definitivas, la red nos enfrenta a nuevas preguntas: ¿qué significa existir dentro de la red? ¿Podemos confiar en nuestras percepciones cuando gran parte de lo que vemos en línea es artificial o manipulado, como en el caso de los deepfakes? Tal vez la perplejidad que padecemos radique en que la red socava las formulaciones que, durante siglos, construimos para responder a la pregunta fundamental: ¿qué significa ser?
*Investigador – Profesor Universitario – UDE – Universidad Siglo 21 –