Dr. Luis Sujatovich – UDE – Universidad Siglo 21 –
El nacionalismo en la red se resume al idioma, por lo tanto se advierte que constituye un aspecto distintivo, como los gustos musicales, los temas por los que se interesa, el deporte, o cualquier otro asunto que ocupe su atención. Ha dejado de considerarse un elemento que constituye la “esencia” de un grupo específico de sujetos para convertirse en una categoría algorítmica que permite ordenar los consumos culturales.
El impuso universalista que dio sustento a la globalización a fines del siglo pasado sigue vigente en la actualidad. Si luego de la caída de la Unión Soviética el anhelo de un mercado mundial parecía próximo, ampliamente beneficioso e inevitable, pero todavía con mayor fuerza en la teoría que en la práctica, Internet ha logrado que esos augurios sean una realidad: las redes sociales han vuelto obsoletas las fronteras y los códigos culturales de identificación de una población están tan fragmentados y tienen una duración tan fugaz que no permiten ninguna construcción colectiva que no sea espontánea, inestable y sin otro fundamento que el deseo. Es por eso que la nacionalidad en tanto fuerza intrínseca que viene del pasado, que condiciona el presente y establece pautas con aspiraciones de futuro a largo plazo, acaba siendo (apenas) una cualidad que no autoriza a sentirse heredero de un legado honroso ni cautiva más que cualquier otro rasgo, como el cuerpo, la posición económica o la relevancia social expresada en términos cuantitativos.
No puede negarse que se hacen muchos esfuerzos por retrasar ese proceso, incluso hay quienes diseñan espacios para abogar por la tradición utilizando aplicaciones que parecen no estar ligadas en absoluto a los valores que pretenden defenderse. ¿Vestirse de gaucho en Facebook puede considerarse un llamado a la argentinidad? Vaya desvelo inoperante de quienes pugnan por que el pasado sea el futuro, pero quedan a mitad de camino, en una dimensión que sabemos falsa, ¿o acaso quienes concurren a la Rural para los festivales de campo siempre visten así y sólo andan a caballo? Imagino que debe ser una noticia de mal gusto advertir que si pudieron instaurar la idea de que sólo era nacional quien poseía tierras o era un feliz súbdito del campo ajeno, dejando afuera a la mayoría de los habitantes. La red los deja expuestos a una situación inversa pero semejante: ahora son ellos la minoría. Y para colmo han perdido la legitimidad para hablar en nombre la patria, ¿o acaso esos grupos tienen convocatoria creciente en las redes sociales?
El nacionalismo nunca fue una buena idea. Pero en la red también se ha mostrado obsoleta: ¿alguien dejaría de tomar una medicina porque no es de origen local? Sin ponerme meticuloso, me gustaría saber si hay alguna nacionalidad que no tenga afinidades con otra. Y también si sería posible sólo establecer relaciones con compatriotas. Si sólo hablamos entre argentinos, ¿cuál sería el mérito?
La nacionalidad ocupa en la red el magro espacio que le corresponde, si aceptamos que es un atributo (entre miles) que se expresa en un idioma, como todas las demás.
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