En la Fiesta Nacional de la Flor se expresa la identidad cultural y productiva de la provincia de Buenos Aires. Colores y perfumes que hipnotizan sentidos se conjugan en el predio de Escobar, distrito donde la floricultura atesora tradiciones e historias familiares.
La edición número 58, que se extenderá hasta el lunes 11 y reúne a productores y viveristas de todo el país, tiene como flor emblema al San Vicente o flor de oro, un tipo de crisantemo que simboliza la nobleza y la felicidad.
“La Cooperativa Argentina de Floricultores elige una flor para posicionarla en función de la producción que tiene durante ese año”, contó Hernán Zaccardi, director de Turismo del municipio de Escobar.
Durante la exposición habrá charlas sobre cuidado del medio ambiente y sostenibilidad, clases de cocina, espectáculos musicales y de danzas.
A diferencia de las anteriores, en esta ocasión “no se llevará a cabo el tradicional desfile de las carrozas por razones de seguridad sanitaria”, explicó el funcionario municipal. En cambio, estarán dispuestas en un sector del predio que los visitantes podrán recorrer para observar el trabajo artesanal que hay detrás de esas estructuras artísticas identitarias de la Provincia.
El diseño de las carrozas florales se realiza con cuatro meses de anticipación, de acuerdo con el reglamento de la fiesta. Una vez que la comisión organizadora aprueba los bocetos, los herreros comienzan con el armado junto a productores, sonidistas y decoradores.
La noche previa al inicio de la celebración, un grupo de cuarenta personas coloca cuarenta mil claveles -cada uno sostenido con un escarbadiente- en la estructura cubierta con alambre gallinero. Además, usan otro tipo de plantas para la ornamentación de las carrozas.
La fiesta es un homenaje al trabajo de la tierra que ha convertido a Escobar en “el principal productor de orquídeas, plantines, suculentas y plantas de interior de la Argentina. También se está posicionando en la producción de cactus”, aseguró Zaccardi.
En la actualidad, este municipio del noreste bonaerense tiene registro de más de sesenta viveristas, entre minoristas y mayoristas.
La floricultura es una actividad muy importante para este distrito en el que, desde hace unos años, se sumó la horticultura, cuando muchos productores de flores empezaron a desarrollar huertas.
Las entradas generales, sin acceso a los shows de cierre, son gratuitas para menores de 12 años, personas con discapacidad y jubilados del municipio. Además, hay descuentos para adultos mayores. Los tickets para espectáculos musicales sólo se pueden adquirir en www.tuentrada.com por un valor de $400.
El Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, a través de la Subsecretaría de Turismo, acompaña el evento que vuelve a la presencialidad con un espacio de promoción de los destinos turísticos bonaerenses y juegos para toda la familia.
Amor por las flores
Iris Hisaki afirmó que Telmo, su padre, y su abuelo Suejiro le transmitieron la pasión por la floricultura. Ella, junto a sus hermanas Violeta y Margarita, continúan con el legado familiar: vivero Hisaki -IG: @viverohisaki-, uno de los más antiguos del país.
Suejiro Hisaki llegó a la Argentina en 1929 y dos años después se radicó en Belén de Escobar, ciudad cabecera del partido de Escobar, donde comenzó a trabajar como encargado en un establecimiento floral del que decidió independizarse luego de un año para arrendar un campo donde desarrollar la producción de rosas.
El cultivo de esas flores alcanzó un importante crecimiento y en 1966 la familia decidió abrir un vivero con venta al público. Los padres de Telmo viajaron a Japón, su tierra natal, y en esa estadía conocieron al ingeniero Yasuo Inomata, especialista en parques, a quien invitaron a viajar al país.
Una vez en Escobar, los Hisaki junto a Inomata le propusieron al intendente de ese momento, Alberto Ferrara Marín, la construcción de un Jardín Japonés como muestra de gratitud de las 140 familias de la colectividad que se habían radicado en el distrito.
En 1969 donaron el predio al municipio que se encuentra en las calles Spadaccini y Alberdi, y permanece abierto todos los días. Las farolas de piedras, las diferentes especies vegetales y los peces fueron traídos desde oriente.
Un año después, Suejiro tuvo su propio jardín diseñado por el ingeniero Inomata. Este pequeño paraíso oriental forma parte del vivero “Hisaki”, uno de los imperdibles de este destino turístico provincial.
El afecto y el compromiso con esta actividad fue tan fuerte que Telmo presidió la Fiesta Nacional de la Flor desde 1996 hasta 2004.
En esta época del año Escobar celebra la tradición familiar, el legado de los inmigrantes y la producción de flores, que son el sello de identidad de este municipio de la Provincia.
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