La acrobacia aérea en las mejores manos, las de una mujer

Descendiente de una familia de aviadores, Jenny Dillon, platense de 38 años, fue la primera mujer argentina en competir internacionalmente. Fue en Spitzerberg, Austria, donde se consagró subcampeona el año pasado.

Jennifer Dillon, la primera mujer del país que hace acrobacia en un planeador, aguarda que terminen las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus para estrenar un avión que compró en noviembre pasado y poder así volver a dibujar los cielos platenses con sus piruetas.

Descendiente de familia de aviadores, “Jenny”, como todos llaman a esa piloto platense de 38 años, dirige junto a su padre desde 2014 una escuela que dicta cursos teóricos de las carreras aeronáuticas, forma parte de la Asociación Argentina de Acrobacia Aérea y fue la primera mujer del país en participar de una competencia internacional de esa categoría.

En una entrevista con Télam, Dillon narró que si bien obtuvo en el 2001 su primera licencia aeronáutica como tripulante de cabina de pasajeros, fue dos años después cuando descubrió el mundo de la acrobacia durante unas jornadas de pilotaje en Tandil, donde se animó a volar por primera vez en planeador.Luego, tomó un curso de piloto de planeador y de avión, y desde el año 2011 continúa formándose en acrobacia tanto en la Argentina como en Estados Unidos, Suiza y Austria.

Entre los momentos de mayor riesgo vividos en al aire, Dillon señaló “una parada de motor en un entrenamiento en Dallas debido a una condición de la maniobra”, pero destacó que como tenía “altura de sobra”, pudo reencender la máquina sin inconvenientes.

Jenny conoció a su esposo, Marcos, en el Aeroclub de la capital bonaerense, y fue allí mismo donde celebró su casamiento en 2017.”Llegamos volando, separados en dos aviones y haciendo acrobacia para nuestros invitados. Ahí mismo hicimos la ceremonia y la fiesta. Fue muy emocionante y súper original”, subrayó.

Jenny describió que “volar acrobacia es representar con tu aeronave, ya sea avión o planeador, figuras en el cielo: líneas, ángulos, radios y giros, que se combinan y forman las figuras”.Indicó que la práctica “se aprende en vuelo, ya que no existen simuladores en el país para este tipo de entrenamiento” y agregó que “se entrena en el aire”.

Contó que “cada figura tiene un grado de dificultad, que se juzga de acuerdo a la precisión con la que se realiza”, y detalló que “varias figuras forman una secuencia. La dificultad de las secuencias y sus figuras aumentan a medida que se sube de categoría, y en las competiciones, participan por separado las clases de avión y planeador, pero las mujeres compiten en las mismas categorías que los hombres”, explicó.

Jenny comparó a la actividad “con el baile, desde el cuarteto hasta el clásico” y hasta, incluso, con la gimnasia artística dado que, dijo, “podes hacer una vertical o una media luna”.Aclaró que la formación para competición “requiere mucha práctica, disciplina, entrenamiento y perfeccionamiento de las maniobras”.

El año pasado, Dillon se convirtió en la primera mujer argentina en competir internacionalmente al participar junto a su esposo del National Aerobatic Championship que se llevó a cabo en Spitzerberg, Austria.

“Para competir en deportes aéreos hay que sacar una licencia deportiva, en nuestro caso de acrobacia, que emite la Federación Aeronáutica Intencional (FAI). Mi licencia fue la primera emitida para una mujer argentina en acrobacia”, reseñó.

Dillon rememoró que “esa fue la primera vez que un equipo argentino participa en competiciones internacionales de acrobacia y también fui la primera mujer en participar en planeador” y destacó que su equipo tuvo “excelentes resultados”, por lo que trajo tres copas al país.”Yo gané el segundo puesto en mi categoría”, graficó.

Meses después, se realizó en Dolores la primera competencia de acrobacia para avión y planeador organizada por Asociación Argentina de Acrobacia Aérea.En esa ocasión, Jenny obtuvo el primer puesto no sólo en su categoría, sino también en la general, donde se cruzan todas las categorías de las dos clases (avión y planeador) y consiguió el puntaje mas alto de toda la competencia, posicionándose entre los mejores pilotos de acrobacia de Argentina.

Tras soñar durante años con su propio avión de acrobacia, Jennifer logró comprar un Súper Decathlon: “Durante estos meses, estuvo en un taller en Ezpeleta y, en breve, lo traeremos a La Plata”, aseguró con emoción.

Desde que en 2007 falleció un conocido piloto en un accidente, no hubo más acrobacia en la capital bonaerense.Dillon se ilusiona con volver a dibujar los cielos platenses con acrobacia aérea apenas las autoridades le otorguen el permiso.