El Estado es el principal responsable de lo que ocurre en la Capital de la Provincia de Buenos Aires

Por Guillermo Cavia –

En la ciudad de La Plata se observan diariamente accidentes de tránsito. En muchos de esos casos hay víctimas fatales.

El último accidente le costó la vida a una médica de 41 años, Ana Carolina Fiorino, de la ciudad de Pergamino.

Lo que aconteció es parte de la lotería diaria, en este caso le tocó a esta médica, cuando un automóvil que venía a altísima velocidad, cruzó un semáforo en rojo e impactó violentamente contra el vehículo en el que ella viajaba.

Las personas que viven en la ciudad de La Plata, no salen de la conmoción y además luego, por las varias cámaras que tiene dispuesta la Municipalidad, pueden ver el espanto casi en primera persona.

Este trágico accidente en la mañana del sábado tiene una violencia inusitada, la misma que dejó a la ciudad de La Plata revolucionada cuando Felicitas Alvite, de 20 años, se desplazaba a gran velocidad cruzando semáforos en rojo, matando a un motociclista de 36 años.

Cuando las personas ven las grabaciones del accidente se sacude, impacta. También después, cuando se viralizaron nuevas imágenes de la joven, que ahora está imputada por homicidio culposo, en las que presumía de su forma de conducir a alta velocidad.

En su cuenta de la red de TikTok (que ahora tiene restringida) llegó a tener 40 mil seguidores. Allí celebraba su pasión por manejar rápido e incluso en uno de sus posteos dejaba un mensaje: “¿Miedo? Miedo es ir conmigo en el auto porque soy un constante y me hago la Toretto”, en referencia al personaje principal de la saga de películas Rápido y Furioso.

El Estado, cual si se tratara de una lotería, deja todo al azar y claramente ese vacío muestra el resultado, casi a diario. Es el mismo Estado que permite que en los semáforos, una gran mayoría de automovilistas, hombres y mujeres, no respeten la luz roja. El mismo Estado que hace años no hace nada con la mayoría de motociclistas, hombres y mujeres, que andan en moto sin casco, sin respetar los semáforos, incluso atravesando a gran velocidad parques y paseos públicos.

La Capital de la Provincia de Buenos es una ciudad sin control. El estado está ausente. Pero claro, señora o señor conductor, no vaya a estacionar en las zonas donde el estacionamiento es medido, sin pagarlo, porque seguramente tiene una multa. O es probable le acarreen el vehículo.

No hay índices de mortalidad por personas que estacionan sin pagar. Pero es exactamente allí donde rige el único control real y eficaz en la ciudad de La Plata. Lo demás es tierra de nadie.

Las mascotas corren peligro de ser atropelladas por una motocicleta en cualquier plaza, mismo peligro que ocurre con las niñas y niños que pueden estar allí jugando, todos son parte de la Lotería del Estado. Un juego cuya consecuencia es la pérdida de una vida.

En la mayoría de las plazas de la ciudad de La Plata se colocaron unas garitas, que lo único que han logrado es cambiar la vista del lugar, ocupar el espacio público y afear los sitios. Adentro de esos recintos hay alguien de “Centro de prevención y monitoreo” que supuestamente debería controlar la zona, la plaza, la calle. Pero en realidad allí, en la mayoría de los casos, solamente se observa el celular de cada persona que está durante el tiempo de trabajo, mirando el monitor de su teléfono personal.

El estado es responsable de la tragedia que ocurre en la Capital Provincial. No se revierte la situación porque la ciudad está sin control, desde hace años, es una vergüenza. Y es una tristeza ante la irreparable pérdida de vidas.

Un siniestro vial conlleva todo un operativo que le cuesta millones de pesos al Estado. Un accidente moviliza vehículos policiales, ambulancia, los bomberos, a la vez, ocupa espacios en los hospitales. Restringe la circulación, ocasiona trastornos al resto de las personas. Asalta los recintos y los recursos que deberían afectarse a otros menesteres.

La prevención se logra con el control de un Estado que realmente quiere prevenir. Ir detrás del problema no soluciona las cosas, siempre las empeora. Y es lo que pasa en cada día, hora y segundo de la triste realidad que deben vivir la mayoría de los ciudadanos de la Capital de la Provincia de Buenos Aires.

Una ciudad que deja al libre albedrío a la ciudadanía, carece de poder para cambiar las cosas. La Educación, el orden, el control, son herramientas que pueden lograr una mejora. “Lo que la disciplina política no tolera es el mal procedimiento” decía el ex presidente Juan Domingo Perón.

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