
Durante la Guerra de Malvinas, los helicópteros jugaron un papel crucial en diversas operaciones. Tanto las instituciones civiles como algunos particulares contribuyeron con estas aeronaves, debido a su versatilidad y capacidad para realizar tareas esenciales en un conflicto bélico.
Los helicópteros fueron utilizados principalmente para:
Transporte de tropas y suministros: Movilizar soldados, armamento y municiones a lo largo de las islas.
Evacuación médica: Rescatar y trasladar a los heridos desde zonas de combate.
Reconocimiento y apoyo logístico: Realizar misiones de observación y llevar provisiones a lugares de difícil acceso.
En el caso de las instituciones, como la Fuerza Aérea y el Ejército Argentino, desplegaron helicópteros como los UH-1H, Augusta A-109, Puma y Chinook, entre otros2. Estas aeronaves realizaron más de 1,500 horas de vuelo, a menudo sin la cobertura aérea necesaria, lo que las hacía vulnerables a los ataques enemigos.
En la Dirección Provincial de Aeronavegación Oficial y Planificación Aeroportuaria (DPAO y PA), que ahora depende del Ministerio de seguridad del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, hubo dos helicópteros afectados a la contienda del Atlántico Sur, se trató de las aeronaves BO 105CBS Matrícula LV – MMW piloteado por Luis Acerbo con la asistencia técnica de Juan C. Stachiotti y el BO-105C Matrícula LV – AND piloteado por Mario O. Bacciadone y Martín E. Iraizoz, con la asistencia técnica de Walter Caro.
De esa forma el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires ofrecía dos aeronaves de una institución civil que, en ese momento se denominaba Dirección de Aeronáutica.
Algunos helicópteros particulares fueron requisados o cedidos voluntariamente para apoyar las operaciones militares. Esto reflejaba el compromiso de diversos sectores de la sociedad argentina con el esfuerzo bélico.
Todos esos helicópteros estuvieron bajo el mando del Escuadrón Fénix que fue una unidad especial creada por la Fuerza Aérea Argentina durante la Guerra de Malvinas en 1982.
Su propósito era reforzar las operaciones aéreas mediante el uso de aeronaves civiles requisadas y personal tanto militar como civil. La idea del Escuadrón Fénix surgió en 1978 durante el conflicto limítrofe con Chile por el Canal Beagle. En ese momento, se planificó la utilización de aviones civiles para tareas militares, pero el proyecto quedó en pausa hasta la Guerra de Malvinas.
El escuadrón realizó diversas misiones, como guiado de escuadrillas, exploración, reconocimiento, fotografía aérea y retransmisión. También se llevaron a cabo tareas de diversión y desgaste para confundir al enemigo.
Fueron varias las aeronaves utilizadas, se emplearon también aviones civiles como Lear Jet, Cessna Citation y Mitsubishi MU-2, entre otros. Estas aeronaves ofrecían ventajas como velocidad, autonomía y mimetización ante los radares enemigos.
Con todas las aeronaves se daba al enemigo un impacto psicológico, porque una de las estrategias del Escuadrón Fénix era generar presión psicológica en las líneas de defensa británicas mediante el uso de aeronaves civiles que simulaban ser aviones de combate.
En el caso de las Aeronaves de la DPAO y PA que operaron en la Guerra de Malvinas, una de ellas la BO-105C Matrícula LV – AND, todavía presta servicios. Durante sus 44 años de existencia ha estado siempre vinculada al salvamento y rescate de personas, luego de la Guerra de Malvinas ofreció servicios en la montaña, en inundaciones, en la búsqueda de embarcaciones perdidas en el mar, en vuelos sanitarios, en los Operativos Sol. Muchas son las misiones que ha desarrollado en esos años.
Durante las visitas guiadas que se desarrollan para instituciones y familias en la DPAO y PA, siempre es un momento de emoción contar su historia. Se trata de una aeronave que ha sido cuidada durante años por el Estado y que es un símbolo de un lugar, pero también de los argentinos.
En Provincia agradece a Marcelo Carisio el aporte a este artículo.
Fotografías: DPAO y PA – Archivo En Provincia – Archivo web.