A 108 años de creación el Club Libertad renueva su vocación solidaria

Por R. Claudio Gómez –

Aquellos eran tiempos de construcciones conjuntas, en un complejo de voces que delataban a los que llegaban y a los que ya estaban en la ciudad desde hacía un tiempo.  No sin contratiempos y esfuerzos, las instituciones crecían al ritmo de la necesidad de acelerar respuestas y proyectar ideas.

Ese es el canon común al nacimiento de muchos de los clubes de barrio de La Plata y a ese trazo no escapa el Club Libertad, de calle 51 nº 1088, que el próximo viernes 12 de noviembre cumplirá 108 años.

Obra y sentencia de vecinos, en una babel de nacionalidades y costumbres, el Club Libertad nació en 1913, al calor vecinal del entusiasmo por crear ámbitos comunes de encuentro y solidaridad, y en el fomento de una identidad con aroma a barriada en germen. Por eso se llama Libertad. Un 12 de noviembre, en la misma jornada, pero de 1940, quedó formalmente instituido con Estatuto propio y registro en Personería Jurídica.

En la actualidad, ese espacio resguarda la tradición original. Allí se alojan la cultura y el deporte, prácticas que convocan a vecinas y vecinos del barrio inmediato y de otros vecindarios un poco más alejados. Es una institución que tiene ese pequeño logro cotidiano de andar despacio, con el ritmo con que se aprende a manejar una pelota, a leer un libro o a tejer una manta.

Mirta Dagorret es la secretaria de la institución y acompaña en la gestión, entre otros, al actual presidente, Palmiro Morino. Cuenta que los objetivos del Libertad “apuntan a la inclusión” y para ello “brindamos un espacio a personas con todo tipo de discapacidades que, por ejemplo, encuentran en el tenis de mesa adaptado alegría, respeto, igualdad, reconocimiento y muchos alcanzan el podio”. Con entusiasmo, agrega que “muchos descubren que el club es su lugar de encuentro”.

En el mismo plano, Gladis Velvedere recomienda al club “porque es un lugar donde te sentís amigo como de toda la vida, porque la calidez de su gente se percibe rápidamente, porque todas sus actividades son oportunidades individuales para crecer como individuo y socialmente. Indiscutiblemente es una experiencia para vivir y compartir”. Igual que en 1913 y avanzando.