El futuro llegó como vos no lo esperabas. Todo un palo, ya lo ves

Dr. Martín Zuccato –

Cuando los que ahora somos grandes éramos chicos, esperábamos de la tecnología cosas verdaderamente interesantes, como hacer travesías interestelares al estilo de la serie Star Trek, acompañados de la teniente Uhura, o recorrer otros planetas a bordo del Halcón Milenario de la Guerra de las Galaxias.

Tener un Túnel del Tiempo, como el de la tira de T.V. de Irwin Allen, era otra tentación, aunque, claro, éste funcionaba sin el debido control de calidad. Sin duda resultaría más confiable viajar en la vieja y probada Máquina del Tiempo del inglés H.G. Wells.

Tampoco podemos olvidar los robots humanizados, la teletransportación y los superpoderes al alcance de cualquiera, entre muchas otras fantasías científicas de anticipación.

Pero, y más allá de que -mientras usted y yo posteamos fotos de pizzas supuestamente caseras- haya científicos trabajando en proyectos que de verdad tienen que ver con esos sueños infantiles, lo cierto es que el futuro ya llegó, y lo hizo de la mano de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, adelantos técnicos que permiten la transmisión instantánea y universal de comunicaciones, y el almacenamiento y procesamiento masivo de datos. Combinadas, estas TIC cómo se las llama, son muy poderosas. Han modificado al mundo y lo transformarán aún más.

Antes de la cuarentena, los jóvenes tomaban como natural las relaciones por las redes sociales, los juegos en red, el streaming, el teletrabajo y las compras por internet. Podríamos decir que, en general, les gustaba mucho todo lo virtual.

Los más grandes, lógicamente, también usábamos estas TIC, pero en muchos casos más por necesidad que por gusto, y siempre viendo a lo virtual como algo supletorio de lo natural, ya que no nos resultaba muy lógico ignorar a las personas cercanas para comunicarnos con otras que están lejos. Dicho esto también en líneas generales.

Entonces, esta antiutopía que estamos atravesando, este palo indeseable de la pandemia que nos estamos comiendo, vino a hacer variar un poco esos distintos enfoques de la tecnología según la edad, o según los gustos, si Ud. quiere, de modo tal que, mientras los jóvenes y los más tecnificados añoran quizás por primera vez compartir contactos reales con otras personas, los más grandes –o más afines a lo personal- debemos reconocer que las famosas TIC nos han resultado muy útiles. Y también que las redes sociales, en muchos casos, son una gran compañía y que a mucha gente le está ayudando a mitigar otro gran mal que hizo eclosión en el siglo 20 y que continúa con o sin pandemia, La Soledad.