
Por Carolina Piñeyro* –
El atentado que vivió el 1 de septiembre la vicepresidenta Cristina Fernández, mostró el apoyo social de quienes comparten esa forma de entender la política.
Los que incentivan y alimentan el odio no van a parar. Un claro ejemplo de esto es el artículo publicado en la tapa del diario Clarín que titula “La bala que no salió y el fallo que si saldrá”. La bala que no salió no es un hecho aislado, es producto de los discursos de odio generados por los medios de comunicación, que, en defensa de sus propios intereses, constantemente fomentan la violencia.
Es urgente entender que estos discursos son discriminativos, misóginos y sobre todo maliciosos que los medios hegemónicos de comunicación imponen para la defensa de sus intereses y hacer su política, buscando deslegitimar a los líderes populares, como es el caso de Cristina Fernández, visto en el artículo publicado por Clarín.
Los medios hegemónicos de comunicación creen tener sus propios hechos, logrando de manera masiva transformar la información para de esta manera, emitir y transmitir sus propios mensajes, los más acordes a sus intereses particulares.
Amparados en la libertad de expresión, los medios hegemónicos, se justifican y hacen cualquier tipo de acción que tengan a su alcance para deslegitimar, difamar o construir una visión sobre determinado sector o líder, como es el caso de Cristina Fernández.
*Alumna de la materia “Liderazgos Políticos en América Latina” – Facultad de Periodismo – UNLP