Por Franco Córdoba para la Agencia de Noticias Télam –
Las mujeres tuvieron un rol fundamental en la historia de YPF, no sólo como compañeras y apoyo de los trabajadores que hicieron próspera a la petrolera estatal, sino también por su labor dentro de la empresa y su defensa cuando fue privatizada.
De eso puede dar testimonio Estela Moreno: “Cuando era soltero, mi padre vivía en las gamelas, los pabellones para solteros que tenía YPF y luego se enamoró de mi mamá, la fue a buscar a Catamarca y la trajo a Comodoro Rivadavia. Del trabajo agrícola pasaron a una zona inhóspita. Eso le hizo que nos inculcaran la cultura del trabajo”, relata
Don Moreno fue parte del sindicalismo de aquella época en YPF, donde sufrió persecuciones ya que eran tiempos en los que no se podían llevar a cabo huelgas. “Él tuvo sinsabores, pero siempre pensamos en una YPF mosconiana, en la que el petróleo fuera un principio de soberanía, algo que en Comodoro Rivadavia tiene mucho arraigo”, reconoce con añoranza.
Estela y sus tres hermanos iban a la Escuela de Frontera, trasportados en los colectivos escolares de YPF. Por eso su infancia y juventud estuvieron indisolublemente ligados a la empresa.
“Nuestra vida social pasaba por el cine, los clubes deportivos y las reuniones familiares eran en lugares como el Club Paso o el Club Huergo”, afirma.
Moreno, hoy abogada, trabajó en la Dirección de Recaudación Previsional del Estado (hoy ANSES) hasta que un concurso le dio la oportunidad de entrar a la petrolera en 1979.
“Siempre pensamos en una YPF mosconiana, donde el petróleo fuera un principio de soberanía, algo que en Comodoro Rivadavia se arraigó mucho”
Estela Moreno, ex ypefiana a Télam”
“Mi padre me dijo que me tenía que anotar para intentar ingresar. Todos los trabajadores querían que sus familias fueran parte de la estatal que les aseguraba un futuro”, cuenta.
Cuando ingresó a la empresa la mujer pasó por Minería y Geología, Centro de Cómputos, hasta llegar a Jurídico y Legales, donde descubrió su vocación por el Derecho.
“Me dio la posibilidad del conocimiento y me formó desde el punto de vista intelectual. Me marcó un camino”, asegura.
EL ROL DE LA MUJER
“Mi madre era quien lidiaba con nosotros cuatro y era la más recta. Porque mi padre se iba 15 días a Tierra del Fuego o a Río Gallegos, donde trabajaba para YPF y cuando retornaba a casa era una ceremonia inolvidable”, reconoció.
Moreno recordó que en sus tiempos como trabajadora activa y desde lo que vivenció trabajando 15 años en la empresa nunca vio situaciones de violencia o de acoso. Sin embargo, recalcó que había ámbitos como el de la directiva o el sindicalismo “donde no estaba bien vista la actividad de las mujeres, sino que había que estar dentro de la casa”.
“Hasta que pudimos liberarnos, pero yo nunca me sentí atada”, agregó.
Esa liberación para Moreno y cientas de mujeres que pusieron el cuerpo cuando el peor momento de YPF llegó con la previa de lo que fue la privatización y le pusieron el cuerpo.
“Fue doloroso y yo en ese entonces pertenecía a un movimiento sindical, presente en las diferentes asambleas y más en el quiebre donde se privatizó por lo que nosotros tanto peleamos. Hicimos una marcha desde el Area Central de YPF hasta el centro de Comodoro Rivadavia, algo histórico y llamativo”, rememoró Moreno.
Sin embargo, esta ex empleada ponderó un momento quiebre de la mujer en relación a YPF. “Cuando fue la privatización las mujeres se convirtieron en cabezas de familias”, afirmó.
“Se ofrecían los planes de retiro y a los empleados les pagaban muy buen dinero, lo que hizo que en poco tiempo se desgrane la familia por los hombres viajaban al norte a poner un quiosco o tener un remis. Lo que pasó con ese grupo familiar fue que se desintegraron”, indicó.
“Muchas mujeres quedaron al frente de sus hijos y desde lo profesional se puede verificar con dichas mamás, porque el hombre rápidamente se quebró y ellas tuvieron tiene más fuerza, de mirar a los hijos sufriendo y lucharon por ellos, este no es un mensaje negativo sino que fue una realidad”, agregó.
Luego, Moreno grafica la velocidad con que pasó el tiempo con un chasquido de dedos y cuenta que su vida pasó “ligada a la empresa”, de la cual sostiene que “sigue siendo el futuro de la Argentina”.
“Fue importantisimo para mi desarrollo personal, el empuje y solidaridad para una empresa nacional que se exportó con el modelo mosconiano. Fuimos muy felices y eso fue maravilloso”, define.
Por eso la mujer sufrió tanto cuando la empresa fue privatizada durante el gobierno de Carlos Menem: “Nosotros dentro de las conversaciones y debates sabíamos que pocas fuerzas teníamos en el ámbito siindical porque una parte cedió y claudicó su bandera las puso detrás, mientras nosotros quedamos solos en Comodoro Rivadavia poniendo el cuerpo y en Bs As nada. Éramos muy soñadores, pensábamos que se podía y creíamos que podríamos dar vuelta la decisión”, confiesa, feliz de que la petrolera haya sido reestatizada en abril de 2012.