Una prosa inspirada en la escultura que apareció mirando el mar

En qué mirada y pensamientos, buscabas la lejanía, esa qué atraída por el viento y sus tempestades, dormían tus ojos en una noche imaginada, luego el amanecer te vio tan espléndida, mojada y sin maquillaje, a la orilla del mar.

La brisa buscaba entre mareas y olas gigantes, despojarte del alma, para verte desnuda, sin prisa, sin ropas y descalza.

Te pareces a todas y hoy eres única, tan única, qué el creador se olvidó de ti, se marchó tan a prisa, entre la lluvia, el misterio y sin darse cuenta, te hizo inmortal…

Luces de mil rostros mirarán tu cuerpo al pasar, la noche y el día despertaron al sol y la luna, serás el  brillo entre tanta gente, donde un loco pensante, tan lleno de luces, un día de lluvia y en silencio, muy sola te dejo.

                 
Ahora serás nuestra reina, le dirás al mar qué ya no le perteneces, qué    ya no dormirás en barcos sin esperas y no anclaras en muelles vacíos llenos de tristeza…

Le dirás al mar, qué no hay hombres que quiten tus horas y sueños qué te desvelen, porque ahora serás mimada y solo esperaras aquí, sentada en esta piedra, aquel hombre que hizo de sus manos, una hermosa mujer, para que luciera, tan bella y extravagante, entre el cielo y la tierra.

Fuente: Tomado del portal de Facebook de Juanjo Garnica en la reproducción que hizo Anahí Fernandez en la misma red social.