Una escapada a Tandil puede ser una aventura que siempre se recuerda

A caballo por las sierras de Tandil es quizás la mejor manera de conocer las sierras tandilenses. Por eso, desde hace años las cabalgatas se mantienen como un clásico a la hora de elegir un paseo.

Un rancho que se llama Popy es el lugar que los chicos lo eligen para armar sus primeros campamentos. Los jóvenes para descansar y las grandes empresas lo ven como destino ideal para mejorar sus relaciones personales.

Aventura en el Club de Paracaidismo de Tandil resulta el sitio ideal para hacer un salto de bautismo en paracaídas.

Si te gusta el vuelo está el Club de Planeadores de Tandil, allí el vuelo a vela es una de esas actividades que logra cambiar la vida de muchas personas. El Club de Planeadores de Tandil da cátedra desde 1946.

Los amantes del golf tienen el Valle de Tandil Golf Club que está Ubicado entre las sierras tandilenses en un lugar privilegiado, se tata de un Valle Escondido que es un complejo de golf que sirve de excusa perfecta para caminar dentro del paraíso.

Si la idea es la gastronomía está la época de Quesos, almacén de Tandil. Tal es la fama que ganó este viejo almacén que no visitarlo es un verdadero pecado gastronómico.

Si no oíste de la piedra no conocés la provincia de Buenos Aires. La piedra movediza de Tandil es la que se cayó en 1912. Sin embargo, todavía se mantiene vigente su historia e incluso la podes ver porque la han recreado.

El agua también se expresa en el lago y Dique del Fuerte. Allí todo su entorno paisajístico y recreativo constituyen un paseo tradicional en Tandil, donde confluyen los tandilenses y los visitantes.

La relegión siempre es una tradición de Tandil con el recorrido por el Via Crucis. El Monte Calvario, junto al Vía Crucis, atrae a fieles y devotos que además de llegar en Semana Santa pueden hacer turismo religioso todo el año.