Una bióloga de Azul con 16 viajes a la Antártida

Desde hace poco más de un año, María Mercedes Santos -bióloga y doctora en Ciencias Naturales- es la directora Nacional de Áreas Marinas Protegidas.

Nacida en Azul, provincia de Buenos Aires, estudió Biología en la Universidad Nacional de La Plata. “En un momento no estaba muy convencida de si era mi vocación -confiesa Santos-. Hasta que al cursar la materia de Ornitología, el profesor hablaba de la Antártida y los pingüinos con tanta pasión que me dije: ‘Esto es para mí’”.

Al recibirse, Mecha -como la conocen todos- obtuvo una beca del Conicet que le abrió las puertas para ingresar como investigadora en el Instituto Antártico Argentino. “Una cosa es estudiar y otra hacer el trabajo de campo. Cuando fui a la Antártida la primera vez, en el 2002, me voló la cabeza, me encantó, cambió mi vida”, cuenta con la misma pasión que tenía su profesor, lo que explica por qué viajó 16 veces a la Antártida.

La vida en el Continente Blanco

Santos tuvo como primeros destinos las bases Carlini -está en las islas Shetland del Sur y entonces todavía se llamaba Jubany- y Primavera, “uno de los sectores más hermosos de la península antártica”, revela la bióloga. “Después estuve en Esperanza, en Marambio, en Comandante Ferraz -una base brasileña en las Shetland-, en la Base Brown, que está más al sur”.

“Mi primera campaña fue en el 2002; por suerte las cosas hoy cambiaron mucho en cuanto a la inserción de las mujeres en las investigaciones en la Antártida, y eso que en el 2002 las condiciones ya eran muy diferentes a campañas anteriores. El territorio antártico siempre fue una cuestión más de mayor visibilidad para los hombres; hoy son muchas las mujeres que trabajan allá”.

Además de su tarea en el Instituto Antártico Argentino, Mercedes participó de un documental sobre áreas marinas protegidas para National Geographic e integró un foro internacional de conservación de recursos vivos marinos donde empezó a desarrollar una propuesta de conservación para el oeste de la península antártica, en conjunto con Chile. “Como se sabe, en la Antártida ningún país ejerce soberanía unilateralmente por lo que todas las decisiones se toman en conjunto por los países que están en ese continente”.