
Un elefante tailandés, que fuera regalado a Sri Lanka, regresó hoy a su tierra natal, tras una querella diplomática entre ambos países del sureste asiático, a raíz de acusaciones de maltrato infligido durante años.
El mamífero, apodado como “Mathu Raja”, de 29 años, era conocido en su país natal con el nombre de “Sak Surin” y fue un regalo de las autoridades tailandesas a Sri Lanka en 2001.
Durante el año pasado, Tailandia reclamó la devolución del animal, luego de acusaciones de que recibió malos tratos en un templo budista del sur de Sri Lanka, donde vivía y era utilizado en ceremonias.
“En noviembre de 2022, el gobierno esrilanqués decidió hacerse cargo del animal, que se encontraba mal herido, cubierto de abscesos y áreas infectadas”, informó la agencia de noticias AFP.
De acuerdo a las denuncias presentadas por algunas asociaciones animalistas, “el elefante habría sido maltratado reiteradas veces y utilizado para transportar troncos”.
Activistas en favor de los “derechos de los animales” calificaron de una verdadera “humillación” para Sri Lanka la repatriación del elefante a Tailandia.
Los malos tratos contra el animal llegaron también al Parlamento esrilanqués, donde la oposición criticó la situación.
“Hemos sido avergonzados como país y como ciudadanos por el tratamiento de este elefante”, denunció ante la cámara de representantes el parlamentario Dullas Allahapperuma.
El mamífero de cuatro toneladas fue llevado en un avión que partió de Colombo, la capital de Sri Lanka, y tras cinco horas llegó al distrito de Chiang Mai, en el oeste de Tailandia.
Según las autoridades tailandesas, su traslado costó alrededor de 700.000 dólares.
El elefante debería ser trasladado próximamente a una reserva natural cercana a Chiang Mai, donde será observado y guardará cuarentena.
“El viaje se desarrolló perfectamente”, declaró a medios locales el ministro tailandés de Medio Ambiente, Varawut Silpa-archa, quien recibió al animal en el aeropuerto. “Su estado es normal”, explicó.
Por su parte el primer ministro de Sri Lanka, Dinesh Gunawardena, declaróante el Parlamento que se “disculpaba personalmente ante el rey de Tailandia por los malos tratos que habría sufrido el elefante”.
El gobierno tailandés decidió dejar de enviar elefantes al extranjero, y en sus misiones diplomáticas suelen comprobar en qué condiciones viven los que ya fueron enviados en el pasado.
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