En el marco de las actividades solidarias que se desarrollan en las cárceles bonaerenses frente a la pandemia de coronavirus, un grupo de internos de la Unidad 48 San Martín dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) confeccionó 2.800 tapabocas y los entregaron hoy para donar a los vecinos de los barrios carenciados de la zona a través del Padre Pepe.
La iniciativa, que tendrá continuidad, es coordinada por autoridades penitenciarias en conjunto con la fundación del cura José María Di Paola, más conocido como el Padre Pepe, referente de los curas villeros, quien desempeña su tarea pastoral asistiendo a esas poblaciones carenciadas.
Los tapabocas, 1.000 de ellos para niños, serán llevados por medio del Padre Pepe a las parroquias Inmaculada Concepción, San Juan Bosco y San Cayetano de la localidad José León Suárez del partido de General San Martín.
“Estamos fabricando tapabocas para la fundación del Padre Pepe, que están destinados a las villas de acá de la zona de San Martin. Somos quince internos que estamos trabajando en diferentes áreas: corte y confección, armado y empaquetado”, comentó uno de los participantes, orgulloso al ver la producción que se entregó hoy.
Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires se impulsó la iniciativa que conjuga capacitación laboral y servicio comunitario por parte de los privados de libertad.
La actividad forma parte de las capacitaciones en oficio que se promueven desde la Subdirección General de Trabajo y desde Dirección General de Asistencia y Tratamiento del SPB, con el fin de brindar herramientas útiles a los internos para su reinserción social al tiempo que realizan una tarea solidaria en pos del bienestar de la sociedad.
Cabe destacar que el Padre Pepe y su fundación Hogar de Cristo desarrollan un trabajo territorial en los sectores más desfavorecidos, con problemáticas como pobreza, desnutrición, desempleo, delincuencia y adicciones, entre otras, en los que se enmarcan distintos proyectos de trabajo conjunto con el SPB.
En este contexto, comenzó la semana pasada un curso no formal de costura a cargo de Carlos, un detenido que ofrece una capacitación orientada a la confección de tapabocas a partir de conocimientos básicos en el uso de la máquina de coser.
El curso, que se desarrolla de lunes a viernes de 10 a 16, cuenta con la participación de 15 internos. Con la llegada de los materiales provistos por la fundación del Padre Pepe, el curso empezó el 27 de mayo y finalizará el 30 de junio, con 150 horas de duración.
En este espacio, los privados de libertad aprenden un oficio y ya confeccionan 500 tapabocas por día, en tres talles distintos para chicos y grandes.