Para el turismo son momentos de suma complicación

La pandemia ofrece un escenario de graves problemas para la industria sin humo. En ese contexto los centros de esquí de la República Argentina están atravesando su peor momento y paradojicamente, el mejor, si de cantidad de nieve se trata.

Hemos informado que las provincias de nuestra Patagónia labran los protocolos necesarios para poder abrir en la presente temporada 2020, que de haber sido normal ya estaría a pleno funcionamiento.

Al momento los centros de esquí estarían abriendo para los residentes, pero igualmente la situación sanitaria ponen en duda las aperturas.

Cuando más nieve hay, en la provincia de Mendoza con reportes de casi tres metros acumulados en lugares como Malargüe, relativamente cerca del complejo invernal Las Leñas, fue justamente este sitio que decidió bajarse de la temporada. Las Leñas fue el primero en anunciar que no abrirá este año.

Esa decisión fue seguida por La Hoya, en Esquel, Chubut, asegurando que no están dadas las condiciones para la apertura debido a la pandemia.

Todo es parte de una incertidumbre. Los aeropuertos aún no saben la apertura, las rutas terrestres no están totalmente habilitadas y no se conoce lo que ocurrirá con los centros invernales. Todos están supeditados a cada decisión que es una cadena de eventos y a la vez dependen del principal eslabón, el coronavirus, que acecha a la humanidad.

Algunas de las medidas para que lo Centros puedan abrir destaca que todos los empleados deberán utilizar tapabocas, antiparras y guantes. Se les tomará la temperatura corporal al ingreso y egreso de sus lugares de trabajo.

En las telesillas dobles o cuádruples se deberá subir al 50% de su capacidad y en las telecabinas cerradas, solo será posible el acceso en forma individual o grupo familiar. Entre todas las medidas que también se han de sumar, el énfasis está especialmente puesto en la desinfección.

Por ahora los amantes del esquí esperan y a la vez miles de personas que trabajan también lo hacen.