
No apuremos a los niños, tienen toda una vida para ser grandes. Dejemos que aprendan jugando. Que usen más trajes de superhéroes… y menos disfraces de adultos.
Que se manchen con el helado, que se mojen con la lluvia, que se ensucien con la tierra.
Que se caiga y aprendan a levantarse.
Desenchufémoslos de las pantallas y salgamos juntos a mirar el cielo. Regalémoslos menos cosas y más tiempo. Contagiémonos de su risa, las cosas más divertidas no se compran y el mejor envoltorio es un abrazo.