Los jóvenes en la semana de la Libertad de Prensa – Entrevista de Marina Gamarra

En la semana de la Libertad de Prensa -cuya fecha de celebración es el 3 de mayo- reunimos desde nuestro portal una seriada de notas sobre los jóvenes y el Periodismo. La idea es mostrar las razones por la que las y los estudiantes de esa carrera eligen ese profesión: ¿Qué los impulsa a reivindicar a la prensa y a la Comunicación como vocación en un mundo que augura -y no a largo plazo- la muerte de esa profesión tal y cómo la conocimos? ¿Qué esperanzas anidan en sus voluntades para escoger los estudios del Periodismo y la Comunicación Social en un país donde la reacción del poder al trabajo periodístico avanza cada vez con mayor virulencia? ¿Por qué piensan en el Periodismo como un instrumento de transformación social? Las respuestas se enlazan en breves entrevistas realizadas por las y los estudiantes a sus pares y creemos oportuno que los lectores tengan acceso a esas consideraciones. Las tradiciones existen para romperse, pero no fuerza de persecuciones y palos, sino a través del honesto debate público. Es hora de empezar a leer a los futuros periodistas.

Las lecturas de su mamá influyeron en su pasión por el periodismo

Por Marina Gamarra

¿Cómo influyen las lecturas de la infancia en la vida adulta? En la siguiente entrevista, la joven Martina Colapaolo, estudiante de la Facultad de Periodismo, relata cómo impactaron las noches de cuentos con su madre, en su relación con la literatura hoy. A pesar de las dificultades para encontrar tiempo en su rutina, el hábito de leer se presenta como una herramienta de escape y alivio.

¿A qué se dedicaba tu mamá? ¿Su profesión tenía que ver con sus lecturas?

Sí, mamá es profe de lengua inglesa. Es también maestra jardinera, aunque no ejerce ahora, pero siento que quizás de algún lado eso de las lecturas salió de ahí. Sí re, mamá siempre fue re lectora, por su carrera, por lo que estudió. Estudió mucho de lengua inglesa. De literatura inglesa en sí, pero nunca se limitó a eso, siempre se vinculó a los textos infantiles, nacionales; siempre me re inculcó la literatura.

¿Qué sentimientos te transmite pensar en esas noches de lectura que ella hacía?

A mí me da mucha nostalgia. Soy una persona muy nostálgica y me da ternura, lo veo a la distancia y siento que es un ejemplo, es algo que me gustaría repetir. Siento que desde ese momento a una le empieza a gustar la lectura o no, o por lo menos esa fue mi historia personal. Si lo pienso hoy, así, lejano, siento que es un momento que me marca, puede marcar a cualquiera.

¿Crees que la lectura sigue ocupando ese espacio en tu vida o tu rutina hace que sea más difícil poder leer?

Sí, es una realidad que es difícil leer, sobre todo cuando cursamos, cuando estamos leyendo todo el tiempo textos académicos es difícil. Por suerte tengo un trabajo que me permite leer cotidianamente, estudiar, bueno, dedicarle tiempo a la literatura. Influye mucho. El tema es que encontré más alivio leyendo a personas que les pasa lo mismo, incluso mediante la ficción que hablando con otras realidades o en terapia. No estoy menospreciando nada, pero sí hay otras realidades que se toman con ficción y están buenas tomarlas de otra manera, no tan literal. 

La entrevista pone en manifiesto el rol que tienen las lecturas durante la infancia, y cómo a partir de ellas se construye un hábito duradero. La experiencia que cuenta la entrevistada muestra que, a partir del contacto inicial con la literatura, impulsada por el entorno familiar, puede trascender la niñez y convertirse en una herramienta valiosa para la vida adulta.