La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabaja junto a un grupo de investigadores en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus basada en el empleo de proteínas virales para inducir la generación de anticuerpos, informaron hoy voceros de la casa de altos estudios.
El proyecto, que se encuentra en una etapa de ensayos preclínicos, es dirigido por Guillermo Docena, del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatalógicos (IIFP); y Omar Azzaroni, del Instituto de Investigaciones Fisioquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), e incluye a Sebastián Cavalitto, Javier Santos y Alejandro Aiello.
La iniciativa fue presentada esta tarde al presidente de la UNLP, Fernando Tauber durante una reunión mantenida en la sede del rectorado de la casa de estudios, en La Plata.
Docena explicó que la iniciativa “surgió de trabajos previos de colaboración entre el INIFTA y el IIFP desde el 2018, en los que se sumaron capacidades complementarias para el desarrollo y optimización de inmunoterapias para enfermedades inflamatorias y enfermedades infecciosas”.
“En esas investigaciones, el grupo de Omar Azzaroni aportó un sistema basado en la tecnología de nanopartículas, mientras que nuestro grupo contribuyó con diferentes sistemas biológicos, patologías y métodos para evaluar la inmunidad generada por las vacunas”, explicó.
“En el caso particular de una vacuna para Covid-19 -añadió- se diseñó una estrategia vacunal basada en el empleo de nanopartículas con fracciones proteicas provenientes del SARS-CoV-2”.
Docena detalló que “en un principio será empleado en una vacuna sistémica, pero también se está evaluando desarrollar vacunas mucosales”.
“Las vacunas contra el Covid-19 conocidas hasta hoy se han diseñado en base a dos tipos de plataformas: las basadas en el empleo de proteínas (proteínas, fracciones de proteínas y virus completo muerto), y otras en el empleo de ácidos nucleicos (vectores virales, vacunas a ARN y vacunas a ADN)
Como ejemplo citó a las vacunas de Sinopharm (virus muerto), Sinovac (proteínas virales), Moderna o Pfzier/BioNtech (ARN) y Sputnik V o AstraZeneca/Oxford (vectores virales)”, comentó Docena.
Precisó que en el proyecto que desarrolla la Universidad “seguiremos la estrategia basada en el empleo de proteínas virales, específicamente fracciones de la proteína S, encapsulas en nanopartículas”.
“La proteína S se encuentra en la cubierta del virus y es la estructura que el virus emplea para poder invadir las células blanco (células del epitelio nasal y pulmonar principalmente). La proteína S se une al receptor de angiotensina 2 o ACE 2 e ingresa a la célula que le permitirá dividirse o multiplicarse para luego invadir otras células”, detalló Docena.
Agregó que “actualmente estamos estudiando distintos protocolos de administración de la vacuna en ratones y, al mismo tiempo, se analizan las respuestas inmunes inducidas”.
“Básicamente lo que buscamos, como en la totalidad de las vacunas para Covid-19, es inducir la generación de inmunidad protectora y de anticuerpos específicos de la proteína S para bloquear la entrada del SARS-CoV-2 a las células blanco del organismo”, precisó.
El científico recalcó que “también se busca la producción de linfocitos de memoria para la inmunidad protectora en el tiempo”.
Los investigadores adelantaron que, una vez que se encuentren las condiciones experimentales para inducir la mejor respuesta inmune y logren caracterizar los anticuerpos, se avanzará en la fase de análisis de la eficacia de la vacuna en el modelo experimental.
“De esta manera, administraremos la vacuna a los animales y luego los desafiaremos con el SARS-CoV-2 para evaluar el grado de protección conferido mediante la vacunación”, explicó Azzaroni.
Además dijo que “esperamos poder concluir estas etapas durante el transcurso del 2021, para luego evaluar la posibilidad y condiciones de pasar a fases clínicas, es decir, al estudio en humanos”.
En tanto, el titular de la UNLP, Fernando Tauber destacó que “contar ahora con un desarrollo propio de una vacuna en nuestros laboratorios nos llena de orgullo y ratifica nuestra política estratégica de consolidar un sistema científico universitario soberano, capaz de dar respuestas a las demandas más urgentes de los argentinos”.