
Por Guillermo Cavia –
La Sala de Periodistas de Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires está emplazada dentro de edificio, ocupando una parte del primer piso, son aproximadamente unos 110 metros cuadrados, donde distintos profesionales han relatado, escrito, fotografiado, filmado, para diferentes medios de comunicación, la historia y aún siguen reflejando el presente.
El Palacio de Gobierno es la primera construcción pública que se inició en la ciudad de La Plata, cuyas obras dieron inicio hace 140 años, en el mes de noviembre de 1882.
El edificio central tiene un estilo neorrenacentista flamenco y fue diseñado por el arquitecto Jules Dormal. Si uno se para en la calle 6 entre los boulevard 51 y 53, al mirar desde su frente, en el ala izquierda, hay tes ventanas que pertenecen a la histórica Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno.
Desde finales de la década del 30, periodistas de los distintos medios desarrollan sus actividades. Se trata de un lugar estratégico porque permite a quienes desempeñan tareas para la prensa, tener acceso a las actividades del gobernador de la provincia de Buenos Aires, como también a las distintas carteras del Gobierno Provincial.
La Sala de periodistas ha mutado en su apariencia durante sus más de 80 años de existencia. El lugar físico permanece inalterable, pero su interior se ha ido renovando con el paso de los años. Antiguamente en su ingreso se apreciaba un recibidor, con sillones dispuestos a modo de espera. Ese espacio estaba dividido por un gran mostrador de un metro veinte de altura, donde se colocaban las gacetillas de prensa que desde distinto organismos se recepcionaban en el lugar. A la vez, desde la mitad del mueble, había un vidrio que elevaba más la altura, permitiendo a los periodistas estar ajenos a ese primer vestíbulo.
La apariencia de la Sala siempre ha tenido la idea de una redacción de cualquier medio. Pero la tecnología ha ido demostrando en el lugar su avance. Desde linotipos hasta cableras, luego el fax y partiendo de éste, las computadoras. Finalmente internet. La mesa central que se utilizaba para las conferencias de prensa de los gobernadores u otros funcionarios que llegaban a la sala, fue quitada para que ese espacio pueda ser ocupado por más escritorios y también nuevas cabinas telefónicas, que se sumaron a las tres históricas, que hoy día siguen funcionando. El piso de madera pinotea lució impecable por varias décadas hasta que se le colocó una alfombra. Tiempo después se la sacó y se volvió a recuperar el piso histórico, mientras que actualmente, sobre la madera pinotea hay un piso flotante.
La Sala de Periodistas de Casa de Gobierno en la actualidad
La actual administración ha puesto en valor el lugar, restaurando su histórica puerta de acceso, colocando los soportes para los televisores, han destacado una importante luminaria, así como toda la tecnología para que quienes están acreditados por sus medios de prensa, puedan trabajar de forma confortable.
En esta vista actual de la Sala se pueden apreciar las cabinas históricas
No todos los gobernadores han pasado asiduamente por la Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno, una práctica que durante muchos años era cotidiana. El exgobernador, Daniel Scioli, en ocho años de gobierno no visitó más de diez veces ese recinto, mientras que la exgobernadora, María Eugenia Vidal, nunca pisó la sala.
El lugar fue cerrado en toda su historia, solo una vez, en el año 1953. Ocurrió durante el Gobierno Constitucional del Gobernador Carlos Aloé. Una discusión entre el mandatario y un periodista llevó al cierre de la histórica Sala. Curiosamente fue reabierta dos años después, por el Interventor Federal De Facto (Revolución Libertadora), Arturo Ossorio Arana.
Ginés González García, ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires en la Sala de Periodistas
Quienes recuerdan una época pasada en la Sala de Periodistas de Casa de Gobierno, coinciden que hubo algunas décadas que son inolvidables, como las del 60, 70 y 80. “En la puerta debería haber un imán gigante, porque la sala absorbía a todos los que por allí pasaban. Así apareció una vez un tipo con una serie de planos gigantescos: sostenía que había inventado el movimiento continuo. Lo alentaron a que construyera la máquina. El hombre quería que los periodistas le publicitaran su idea, su trabajo y la gran noticia de su logro. Iba seguido a la Sala. Pero los trabajadores de prensa nunca vimos la máquina. Solo los planos desplegados en la gran mesa central, nadie entendía algo de todas esas fórmulas y líneas”, cuenta Jorge “el Vasco” Basterretche, que entró como cronista del canal 2 de La Plata (hoy Canal América), en el año 1966.
Periodistas y Personajes
En la terminal de ómnibus de Mar del Plata había un muchacho bastante joven que se ganaba la vida ayudando a los pasajeros a llevar sus valijas, hasta el taxi o los vehículos particulares. Se llamaba Carlos Retamar, un personaje que un día recaló en la Sala de Periodistas de Casa de Gobierno en donde quienes allí trabajaban le pagaban su almuerzo diario y hasta el pasaje de ida o regreso a la ciudad feliz. No era periodista, pero había encontrado en el lugar un sitio de contención y resguardo, algo así como el imán al que se refería el Vasco Basterretche.
También durante muchos años, Carlos Alberto Regazzoni iba seguido a la Sala, mucho antes de ser el famoso escultor y pintor argentino. Al igual que una escultura que aún no se ha realizado, nadie podía ver lo que allí estaba potencialmente latiendo. Regazzoni en sus incursione, les había hecho a cada uno de los trabajadores de prensa, una caricatura, que varios guardaron y luego atesoraron, pero que la inundación en la ciudad de La Plata en 2013, a muchos les supo quitar. Solía comer junto con los periodistas, sándwiches del kiosco de la Casa de Gobierno o los que se hacían en el restaurante Mingo, ubicado sobre la Diagonal 79.
Todos los viernes de cada semana se tomaba whisky con vituallas, que las traía Marcos Aronin (corresponsal del diario El Día), desde Capital federal. El resto de las cosas las compraba Própsero, un empleado de la Secretaría General de la Gobernación, era la persona asignada a la Sala para atender los requerimientos de los periodistas.
Los periodistas más antiguos dicen que en la primera época de la Sala nunca se competía con las primicias. También que algunos gobernadores de factos o constitucionales charlaban en un ida y vuelta en las rondas. Había temas para publicación y también información en Off.
Para los mundiales todo el personal de la gobernación quería hacerse invitar para poder ver los partidos en los televisores que tenían en la Sala. Así ocurrió en los campeonatos mundiales de Inglaterra en 1966, México 1970, Alemania occidental 1974 y el de Argentina en 1978.
Eran muchos los corresponsales que desempeñaron tareas en La sala, trabajaban los hermanos Fernández, Chiche y el Flaco, el primero como corresponsal del diario Clarín y el otro en La Nueva provincia; El “Chongo” Urcola del diario La Razón; “Poroto” Gil, corresponsal del diario La Nación; Aníbal Lineras del diario La Prensa; Julio Mitozki, El Cronista Comercial y El Atlántico de Mar del Plata; Marcelo Curuchaga, La Capital de Mar del Plata; Marcos Aronin, diario El Día; Jorge Basterretche, Canal 2 de La Plata y Radios del interior; Antonio Guillen, diario Clarín; Antonio Nicoletti, representante del diario La Razón, ese hombre que era contador publico, fue quién manejó lo fondos reservados de la presidencia primera de Juan Domingo Perón, era además fanático de Gimnasia y esgrima La Plata.
Marcos Aronin
Marcos Aronin se transformó en un personaje muy querido en la Sala de periodistas. En esa época las comunicaciones eran una parte complicada del oficio. Con suerte las pocas líneas telefónicas fijas funcionaban bien, pero hablar por ese medio era una tarea no siempre posible. La agenda de Marquitos consistía en una plancha de telgopor colgada en la pared atrás de su lugar de trabajo. Allí pegaba los nombres y teléfonos de cientos de personas, funcionarios y datos de interés que le servirían al momento de hacer una consulta. La placa estaba repleta de papeles con nombre y número, pero Aronin, tenía la ubicación espacial del punto exacto que ocupaba cada uno. En su memoria sabía en qué porción de ese universo debía consultar para encontrar el nombre o número correcto.
Marqutos era apasionado de la música Jazz, además sabía tocar la batería, es así que con su vieja máquina de escribir “Royal” hacía una crónica o columna, escuchando en Radio Provincia, el programa de “Talero” Pellegini, que pasaba varios temas de jazz. De manera brillante, Marcos Aronin, mientras escribía, acompañaba el tema musical, creando con precisa composición la percusión, interpretada con el ruido de las teclas de la Royal.
Marquitos era un ferviente seguidor del fútbol, pero más que nada de su equipo, Argentino Juniors. Una mañana de un lunes, de 1968, llegó a la Sala de Periodistas y contó que el domingo había ido a La Paternal a ver a su equipo. Allí dijo que en el entretiempo, un nene ingresó al campo de juego y se puso a hacer jueguitos en el medio de la cancha. Expresó con admiración que el chiquito tendría unos siete u ocho años. Hacía maravillas con la pelota en medio del intervalo del partido, tanto que enmudecía a los presentes y a la vez, por momentos, vibraba la ovación. “Ayer vi a un nene, medio petisito, que hizo de todo en la cancha. Le dicen Dieguito. Si sigue así con el fútbol, va a lograr grandes cosas”, había dicho Marcos Aronin, cuando vio por primera vez en su vida a Diego Armando Maradona.
Distintos datos nombres y apellidos
Es necesario tratar de nombrar a quienes ejercieron su profesión en la Sala de Periodistas, pero a la vez, es probable haya algún apellido que no esté. No se trata de un olvido, sino que hay un infinito posible de personas que han pasado por el lugar, como Boris Danski, de radios del interior de la provincia; Osvaldo Scollo, diario La Nación; Guido Marcangelli, La Capital de Mar del Plata; Fernando Stelmark, Radio Provincia; Hernán Rocco y “Petiso” Aguilera del diario La Prensa; Cordo, representante del diario Crónica, dicen que este cronista iba siempre bien vestido, impoluto y perfumado con colonia Atkinson, era muy formal, “todo un señor” -coinciden-, incluso, quienes lo recuerdan creen que fue el inventor de los besos entre hombres a la hora del saludo, porque hasta antes de su llegada a la Sala, los periodistas solo tenían la formalidad de darse un apretón de manos.
En la gobernación de Antonio Cafiero, en una rueda de prensa en la Sala de Periodistas, el Gobernador se jactaba diciendo que a él le hubiera gustado ser periodista. El Vasco Basterretche con la velocidad de respuestas que lo caracteriza, le dijo: “Y a mi señor, me hubiera gustado ser Gobernador”. Son las anécdotas que atraviesan el espacio del lugar. El mismo que estaba representado por la mayoría de los medios nacionales y provinciales.
En la Sala de Periodistas, las mujeres ingresaron a partir de la década del 80, Cristina Sureda y Verónica Duca, fueron las primeras corresponsales de Radio Provincia. Desempeñaban tareas al lado de Raúl Duana, Agencia Saporiti y luego Radio Rivadavía; Hugo Volpi, TELEFE; Cristian Alonso, camarógrafo de Canal 26; Hector Sambucetti, ATC; Edgardo Damario, Camarógrafo de Crónica TV; Daniel Siman, diario El Día; Marcelo Arce, camarógrafo de Canal 9 y de Canal 13; Augusto Recordón, agencia NA y diario El Día; Diego Velázquez, Camarógrafo de canal 13; Jorge Azuaje, Radio Provincia; Rodolfo Federico, canal 13; “Yayo” Toledo, canal 11; Agencia Télam, Alfredo “Fredy” Oleaga y Gustavo “Chapu” Scalzini; Néstor Maldonado, Agencia DYN; Guillermo Murphi, América; César Acuña, TELEFE; Willie Gómez, fotógrafo del diario La Nación; Alejandro Pérez, medios del Interior; Roberto García Lerena, diario El Día. Después también se incorporó a la corresponsalía de Radio Provincia, Laura Serra.
Desafíos de fútbol entre la Sala y Prensa de la Casa de Gobierno
“La Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno fue siempre el epicentro de lo que ocurría en la Provincia de Buenos Aires, aconteció así hasta el final de la gobernación de Eduardo Duhalde, que hasta solía llamar en persona, para avisar a los periodistas que, en un rato pasaría por la Sala”, dice Chiche Guillen, que era el corresponsal de Clarín y también luego, de La Nueva Provincia de Bahía Blanca.
Había muchos corresponsales de Radios del Interior de la Provincia de Buenos Aires, como Marcelo Clausel, que luego fue corresponsal de Crónica TV; Daniela Ullúa, para radios del Oeste de la Provincia, había periodistas hasta con 15 radios, cuyos informes se hacían necesarios porque la tecnología del momento no permitía que las noticias tuvieran la inmediatez que ahora tienen.
“Página 12 no tenía corresponsal, varios periodistas se habían ofrecido para hacer las coberturas desde la Casa de Gobierno, pero nunca habían logrado ingresar al medio. Un día, Jorge Figueroa, que trabajaba en la Sala de Periodistas, haciendo radios del interior, logra ingresar como corresponsal al diario. Pero por esas cosas del destino, envía un artículo, el primero que escribía desde la casa de Gobierno, que al otro día sería tapa del diario: “La maldita policía”, pero que Jorge nunca llegó a ver, porque falleció en un accidente ocurrido la noche anterior, a que su artículo fuera tapa del diario”, cuenta Marcelo Clausel, evocando al amigo.
En la década del 90 la Sala tuvo emplazada una totalidad de siete cabinas telefónicas, que se usaban todo el tiempo, más otras dos que se utilizaban para las transmisiones en directo de los canales. Norma Herrera, se ocupaba de atender la Sala, al igual que antes lo hacía Próspero. Fue la época en que las Radios FM comenzaron a tener mucha fuerza en las frecuencias de aire. La televisión por cable por su parte iniciaba su carrera ascendente. Ambos fenómenos trajeron más corresponsalías durante los años 90.
Con el advenimiento del 2000, los avances tecnológicos eran cada vez más importante y en poco tiempo llegaría una necesidad que se relacionaba con la inmediatez en las noticias. En ese nuevo contexto el desembarco de las redes sociales le dieron al periodismo corresponsal una nueva impronta.
Mientras los cambios se iban produciendo a niveles tecnológicos, también ocurría lo mismo con las personas que llegaron, siendo los nuevos corresponsales de la Sala de Periodistas de Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires: Marcela Hornos, Open TV; Elio Brat, Página 12; Virginia Trombeta, Canal 26, que luego reemplazaría Yanina Méndez y finalmente, Sandra Ramos. Ricardo Salas, La Nueva Provincia; Juan Mascioli, Agencia DIB, diario Hoy y luego Radio Rivadavía; Pamela Francescato, radio diario El Día; Marcos Molinari, medios del interior y agencia DYN; Hernán Sánchez, revista La Tecla; Ezequiel Osle, La Plata Ya; Federico Sirión, ANDigital; Hernán Marty, diario La Capital; Alejandro Basterretche, Noticia Baires; Cristian Lora, La Politica On Line; Sabrina Carrasco, Radio Universidad; Trinidad “Trini” Herrero Laporte, Redderadios; Facundo Cotet, Infobae; María Belen Bartoli, El destape On Line; Juliana Ricaldoni Agencia Télam; Juan Alfaro, Infocronos; Magdalena López Pacheco, El teclado; Jorgelina Naveiro, Diario Argentino; Belén Robledo y Ochoa, Infocielo; Jorge Mauco, Télam.
En los recuerdos están las huellas de todas las personas que en el lugar hicieron periodismo. Las nuevas generaciones continúan el legado. Se siguen generando nuevas anécdotas. Hay siempre un sentir, a veces se añoran algunas vivencias que han pasado, porque se sabe, jamás han de volver. Hay un nueva impronta, una estirpe de energía que es generadora de un impulso periodístico, tecnológico, digital, inmediato, que se desarrolla, en el mismo sitio, bajos los sueños del espacio posible.
Fotografías en blanco y negro: Carlos Rango