
La elefanta Pupy, después de más de 30 años en cautiverio en el Ecoparque porteño, inició su viaje hacia el Santuario de Elefantes en Mato Grosso, Brasil.
Este traslado marca un hito, ya que Pupy es el último animal de gran porte en dejar el Ecoparque, que anteriormente era el zoológico de Buenos Aires.
El santuario, un espacio natural de 1.110 hectáreas, está diseñado para ofrecer a los elefantes un entorno seguro y adaptado a sus necesidades físicas y emocionales. Durante el viaje, que durará entre cuatro y cinco días, Pupy será acompañada por un equipo especializado para garantizar su bienestar.
Este cambio representa una nueva etapa en su vida, donde podrá disfrutar de la naturaleza y recuperar la dignidad que el cautiverio le había quitado.
La historia de Pupy y otros animales en cautiverio refleja un enfoque humano hacia la naturaleza que, en muchos casos, ha priorizado el entretenimiento y el lucro sobre el bienestar animal.
Mantener a un ser vivo tan inteligente y social como un elefante en un espacio reducido durante décadas tiene un impacto significativo en su salud física y emocional.
Por suerte, la sociedad está comenzando a replantearse estas prácticas. El cierre progresivo de zoológicos tradicionales y la conversión de estos espacios en ecoparques o santuarios marcan un cambio hacia una mayor empatía y responsabilidad. Aunque no se puede revertir el tiempo perdido para animales como Pupy, este traslado a un santuario es un paso hacia la justicia y la reparación.
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