La libertad de elegir

Por Greta Lapistoy –

Amo la libertad, incluso en mi novela me comparo con los pájaros. Volar yendo y viniendo, eso sí es libertad. Soy una defensora férrea de ella, aunque entiendo que algunas personas no tienen la libertad de elegir porque apenas pueden sobrevivir.

Pero hoy quisiera hablar del grupo de personas que hace de la libertad un estandarte. Esas que en las últimas décadas me han llegado a decir que no era libre porque tenía una hija y la maternidad te quita la libertad (según su opinión); que no lo era porque tenía un  trabajo  en relación de dependencia y eso me ataba a cumplir con el “sistema”, que no tenía libertad porque vivía en pareja y muchas cosas más. Incluso me han llegado a decir que no querían ser como yo porque “querían ser libres”. A veces es mejor callarse, cuando una persona no quiere entender no tiene sentido gastar palabras.

Al pasar el tiempo y observar a esas personas  supuestamente “libres”, me dí cuenta que el concepto de libertad es como el del amor, cada cual lo entiende como quiere. Tal vez en unos años deseen tener la libertad que yo tengo. Y es, ni más ni menos, que la de elegir.

Elegí ser mamá, podría haber abortado pero además de seguir con mi embarazo seguí y sigo eligiendo serlo. ¿Cuántas madres abandonan a sus hijos? Mi hija tiene un padre, una abuela, un abuelo  y dos tías; si quería podría haber decidido irme a vivir la liberad que otros creen sabiendo que ella estaría bien cuidada. Por lo cual, si elegí quedarme fue porque quise y eso es para mí es libertad.

Trabajo hace más de una década en el mismo lugar porque me siento útil, tranquila  y valorada. Además porque elegí tener una obra social, vacaciones pagas y la seguridad de que si me enfermaba estaba protegida.  Podría haber renunciado y armar algún emprendimiento para ser mi propia jefa, eso significaba que si un día tenía un accidente y no podía trabajar tampoco podía abastecerme. Elegí buscar un trabajo estable y cada día vuelvo a elegirlo, reitero que para mí elegir es ser libre.

Soy libre de ir al médico cuando quiero o, mejor dicho, cuando lo necesito porque tengo una cobertura médica que me lo permite. Esas personas que me juzgaron o me juzgan no tienen la misma libertad, muchas veces tiene que esperar un turno en el Hospital Público o que algún familiar le pague las urgencias médicas.  No van cuando quieren o necesitan sino cuando pueden.

Puedo decidir si viajar unos días o quedarme  en mi casa cuando tengo el período de vacaciones laborales; no tengo que esperar que me inviten porque elegí ser anti sistema como dicen los jóvenes (con lo bueno y lo malo que tienen todos los sistemas conformados por seres humanos).

Elijo ser hija, hermana, sobrina, tía, nieta y amiga; podría aislarme y sobreviviría igual. Pero así como esos roles me generan compromisos también me dan grandes satisfacciones y las elijo.

Tengo tanta libertad que mañana puedo renunciar a mi trabajo y volverme “hippie” de la noche a la mañana. Ahora no sé si alguien que vive hace años fuera del trabajo formal puede de un día para el otro dejar de ser “hippie”, especialmente en momentos donde las máquinas amenazan con reemplazar a las personas y la cantidad de puestos de trabajo disminuye.

Tengo tanta libertad que mañana podría elegir no cumplir más con mis compromisos maternales, al fin de cuentas mi progenie es mayor de edad y le brinde las herramientas para valerse por sí sola. Tengo mis serias dudas de si con la misma rapidez esas personas “libres”  pueden ser madre o padre, de hecho deberían  mínimamente  esperar nueve meses.

La libertad, es en mi humilde opinión, tener la posibilidad de elegir; evaluando los pros y los contras de cada elección que uno hace.  Poniendo en la balanza, como se dice coloquialmente ¿qué pesa más? ¿lo que me quita o lo que me da  lo elegido?

Milito la libertad desde la adolescencia, la que entiendo como la posibilidad de elegir y deseo que todos los seres humanos puedan hacerlo, porque no siempre tienen esa oportunidad, y en cuando me pongo a reflexionar me pegunto cuántas de esas personas que no tienen la oportunidad elegirían la  “supuesta libertad” de no tener jefes, ni pareja, ni descendencia, ni amigos, ni compromisos que los aten. Yo elijo estar atada a mis decisiones!!!