El libro de poemas “Resiliencia” que presentó Gustavo Navarro en noviembre pasado, fue el disparador para una cadena de solidaridad que ya fundó tres cooperativas que generan puestos de trabajo en Misiones y que proyecta obras en una escuela de esa provincia a la que concurren chicos de una comunidad originaria.
Solidaridad y más solidaridad entre argentinos, tan necesaria en estos tiempos que corren. Las manos voluntarias, desinteresadas, extendidas y de brazos bien abiertos, llegaron desde La Plata a Eldorado, noroeste de la provincia de Misiones, donde desde noviembre a esta parte con esa vocación de ayudar se crearon tres cooperativas, una textil para fabricar básicamente ropa de trabajo y ajuares, otra de carpintería, y una tercera agrícola. ¿El punto de partida de esta cruzada que promete llegar a otras provincias? El libro de poemas «Resiliencia» de Gustavo Navarro (55) cuya recaudación no tiene otro destino que no sea el solidario (VER ACÁ LA NOTA SOBRE ESTA OBRA LITERARIA).
Navarro no es un improvisado en ayuda y solidaridad, más bien todo lo contrario, ha dedicado casi toda su vida a dar una mano a quienes más lo necesitan. Es el actual titular de Cooperba desde hace unos diez años y se desempeña en el cooperativismo desde los 17.
El impulsor de la cruzada a el Eldorado destaca que el proyecto nace desde que comenzó con su libro de poesías que tituló «Resiliencia» y cuya recaudación por ventas decidió donar totalmente a estos fines solidarios. Pero claro, con eso solo no alcanza, para llegar a concretar las cooperativas necesitó de unos 22 voluntarios y voluntarias y también de benefactores que realizaron importantes aportes para avanzar con las obras necesarias.
«No sólo fundamos las cooperativas sino que además capacitamos a la gente que va a trabajar en ellas, para que sepan cómo manejarlas, y luego las fortalecemos con herramientas, maquinarias y todo lo necesario para dejarlas en funcionamiento. Cuando ya estén en marcha, con este proyecto «Resiliencia» que ya es una realidad, seguramente llegaremos a otras provincias, quizás el próximo destino solidario sea Villa El Dique, en Córdoba, donde ya hemos mantenido contactos», cuenta Navarro.
El grupo de voluntades trabaja para 11 colonias ubicadas en Eldorado, zonas humildes que necesitan fuentes laborales, poder destinar lo que producen hacia otros lugares y conseguir así fondos para vivir y crecer.
«Petiribí» (carpintería); «Entretelas» (textil), y la agrícola -materializada en dos huertas de una hectárea y una hectárea y media, respectivamente- son las tres cooperativas que ya están en marcha.
«Tienen el potencial de generar unos 300 puestos laborales, y ya hay 160 personas involucradas», apuntó Gustavo, y agregó que «para las huertas capacitamos a la gente con la ayuda de otra cooperativa, se brindan cursos especializados hasta de los fertilizantes ecológicos que deben utilizarse. No nos quedamos solamente con la parte de infraestructura, nos importa que la gente esté bien preparada para lo que va a hacer para que luego puedan crecer»
En la cooperativa de carpintería aún falta techar el enorme espacio que será la planta de producción, «todavía restan algunas cosas para que todo esté perfectamente funcionando, por eso vamos a volver en marzo y si hace falta en mayo, y luego cuando tengan -como quien dice- el piloto automático, ya dejarlos que progresen con el esfuerzo del trabajo y nosotros seguir sembrando y llevando nuestra ayuda solidaria a otras provincias de Argentina».
Quienes hacen trabajo voluntario
Sin la enorme colaboración desinteresada de los voluntarios y voluntarias de entre 21 y 70 años, «Resiliencia» sería imposible de realizar. Por eso, Gustavo Navarro se ocupó de nombrarlos a cada uno y a cada una. El listado de quienes estuvieron en Eldorado se compone de gente oriunda de Zárate, Brandsen, Entre Ríos, La Plata, y Santa Fe, y es el siguiente:
Maria Sol Figueroa, Estela Verá, Valentina Cejas, Viviana Acera, Laura Citadinni, Amadeo Mariano Castelli, Silvana Montenegro, Karina Ferrer, Paula Farias, Mauro Granata, Erica Voget y Mariano Colaiani.
A recuperar una escuela
Algo a tener muy en cuenta es que las decisiones se toman en equipo. Por ejemplo, ahora el objetivo inmediato es llevar donaciones de mochilas y útiles escolares porque en mayo el grupo irá a Colonia Delicia (una comunidad originaria de Eldorado) en el límite con Paraguay, a llevar esa ayuda y además reparar el colegio bilingue (guaraní-castellano) donde concurren 65 chicos.
«Tenemos que construir un muro de contención porque se inundan, un piso de concreto, hacer el patio con mástil y cubrir toda la estructura edilicia con placas de cemento para que la comunidad educativa no pase frío en invierno», contó Navarro.
Quien quieran realizar donaciones de útiles escolares y mochilas para estos chicos pueden concurrir de lunes a viernes a la sede de Cooperba, calle 3 entre 49 y 50 N° 920, en el horario de 9 a 13 o bien llamar al teléfono 221 314 5053 de Paula Farías, una de las voluntarias de «Resiliencia».
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Fuente y Fotografías: Gentileza 90 Líneas.
