Florencia Balbuena: “Y yo intentaré arreglarme”

Por Florencia Balbuena –

¿Alguna vez han sentido que dan lo mejor de sí mismos, pero sin éxito?¿Han obtenido lo que querían, pero no lo que necesitaban?¿Se han sentido tan cansados que no pueden dormir?¿Han llegado al punto de preguntarse si “Podría ser peor”?

    Básicamente, esos son los sentimientos de los que habla Chris Martin en la primera estrofa de Fix You; pero lo interesante es que estas hermosas palabras iban dedicadas a su esposa, quien había perdido a su padre y necesitaba que alguien la recomponga, o que al menos intentara arreglarla.

    Esta canción, siempre me hace pensar que estoy en la posición de Gwyneth, necesito que alguien intente arreglarme, porque como dice Chris, estoy “atascada en reversa”. Y ese alguien, soy yo; porque a veces sólo necesitamos a nuestras otras versiones para arreglarnos a nosotros mismos y sanar internamente.

    ¿Han sentido que pueden despersonalizarse y ver a sus distintas versiones como si no se tratara de ustedes mismos? Por lo general, muchos tendemos a castigar esas versiones, nuestros otros “yo”, lo que éramos antes de sentir que no podemos más. A veces, tiendo ver hacia atrás y sentir vergüenza por mi yo del pasado, pero, al recapacitar, me pregunto: “¿No puedo aprender algo de esa versión mía, la despreocupada, que no necesitaba estructuras por seguir y que no se autocastigaba a cada segundo?” La primer clave para arreglarnos es ver con otros ojos a nuestro “yo” del pasado, unos más comprensivos y empáticos, para perdonarnos y aprender de todo lo bueno que fuimos.

    Otra de las claves para arreglarnos es arriesgarlo todo, es decir, vivir siendo nosotros mismos, dejando de esconder nuestros puntos oscuros y aceptando que somos nuestras cosas buenas, pero que también somos las malas. Y eso no debería avergonzarnos. Imaginen un mundo en el que todos, absolutamente todos, ocultaramos lo que realmente somos por miedo a lo que puedan llegar a pensar los demás; un mundo en el que pareciéramos utópicamente perfectos, pero estuviéramos distópicamente aplastados por nuestra mente. ¿No seríamos unos desconocidos hasta con nuestra propia familia? Eso no sería vivir arriesgándolo todo. Si aceptamos nuestras partes oscuras, nos será mucho más sencillo reconocer que también tenemos virtudes, y así, nos arreglaremos un poco más.

    Pero sé que todo esto que acabo de explicar es más sencillo de decir que de hacer. Porque a veces estamos tan cansados que paradójicamente no podemos dormir, y el solo hecho de pensar en mejorar, nos agota aún más. Por eso, vayamos con calma. No importa cuánto tiempo nos lleve curar nuestras heridas, es válido. No vale la pena torturarnos por el tiempo en que llevamos en el mismo lugar, está bien. Y es que se nos ha inculcado que para ganar, sí o sí, tenemos que avanzar sin desfallecer, pero en este caso no es así. Concentrémonos en no estar “atascados en reversa”. Sanar es un proceso lento. Si llevamos meses sin dar ni un sólo paso, no importa, ya podremos darlo, sigamos esperando.

    Volviendo a lo que decía de nuestros otros “yo”, una frase específica de la canción me hace pensar en mi futura persona, y se la dedico cada vez que la escucho: “Te prometo que aprenderé de mis errores”. Prometamosle a nuestro “yo” del futuro que vamos a aprender cada vez que suframos por los errores que comentemos. Recordemos que el objetivo de sanar es sentirnos mejor ahora, pero sobre todo en el fututo. Prometamos y actuémos, reflexionemos, así le haremos un favor a la persona que seamos mañana.

    Esto es el proceso de sanar, no una ruta en la llanura; sino una con curvas, partes lentas, otras más rápidas y trechos resbaladizos. Siempre habrán altibajos. Pero recordemos siempre aprender de nuestro pasado y presente para el futuro, seamos nosotros mismos y tengamos paciencia. Y cuando estemos a punto de herirnos de nuevo, cantemos: “Las luces (me) guiarán a casa, y alumbrarán (mis) huesos, y yo intentaré (arreglarme)”.