
Por Alejandro Sánchez Moreno* –
En 1979, la ciudad de Federación en Entre Ríos fue inundada a propósito, para instalar la represa de Salto Grande. En la orilla norte del río construyeron casas para que los vecinos se mudaran. Los habitantes no tuvieron opción: o aceptaban mudarse a las nuevas viviendas o se tenían que ir de la zona. El documental Construcción de una ciudad de Néstor Frenkel, muestra lo que paso.
En horas, una ciudad de más de 100 años, desapareció bajo las aguas. Antes, varias máquinas demoledoras hicieron su trabajo. Cuando la marea del río baja, las ruinas del viejo pueblo quedan al descubierto. La ciudad emerge como un fantasma. Los vecinos la recorren, tratando de ver sus viejas casas, su vieja ciudad, cada vez más irreconocible. Mi papá leyó la noticia en el diario. En pocos meses la ciudad iba a desaparecer en una inundación provocada. En un impulso motivado por la curiosidad de ver algo que iba a perecer, organizo nuestras vacaciones en Federación. Pasamos un mes entero en la ciudad, en el camping municipal, a orillas del río.
Comimos capincho y milanesas de pejerrey. En el desayuno y la merienda, chocolatada con leche en polvo, sin grumos. Con mi hermano queríamos pescar. Mi papá no quería, porque éramos muy chicos y los anzuelos son peligrosos. Para darnos el gusto armo unas cañas y les puso la llavecita que se usaba para abrir la carne en lata. Los pescadores se reían. Uno nos prestó una caña con anzuelo. Íbamos a la tarde, cuando empezaba a caer el sol. Era una caña chiquita, hecha con una rama. Una vez saque una boga enorme, vinieron todos a ver, la caña se rompió y la boga volvió al río. Volví a Federación, ahora se llama Nueva Federación, más adelante. Hay un museo de la antigua ciudad. Ahí vi video de las aguas termales, cuando las descubrieron y empezó a llegar gente de vacaciones. Muchas fotos fueron donadas por turistas. Me gustaría llevar alguna.
Para pasar al pueblo viejo hay que cruzar un puente. En la entrada hay un monumento. Una mujer joven, con ropa de campo de antes, mira el horizonte. Es Merceditas.

Motivado por un impulso similar al de mi papá, Werner Herzog, interrumpió el rodaje de su película Corazón de Cristal, para viajar a las Antillas francesas junto a dos operadores de cámara, con la intención de filmar un documental. Había leído la noticia en los diarios: los científicos habían pronosticado que el volcán La Soufriere estaba por estallar y arrasar con lo que estaba a su alrededor, incluida la ciudad de Basse-Terre, ubicada en la ladera. Herzog va la isla de Guadalupe, interesado también en filmar un hombre que se niega a ser evacuado.
La erupción del volcán es inminente. La evacuación se hace de inmediato. La ciudad queda desierta en pocas horas. Puertas abiertas, televisores y aires acondicionados encendidos, semáforos prendidos, son testigos de la rápida huida. Los animales, aprovechando la ausencia humana, toman la ciudad. Un jabalí con su familia mira a cámara, cerdos, asnos y burros caminan por las calles. Los perros vagabundos están por todos lados, algunos muertos por la falta de comida. Varios escaparates de negocios están saqueados. La voz en off de Herzog dice que es agradable que no haya policías en la ciudad.
Miyazaki hizo una película genial: Mi vecino Totoro. Unos niños viven con su papá en el bosque. La mamá está en el hospital. Los domingos la visitan. Una mañana van en el micro escolar a la escuela. Van felices, se ríen, juegan. Adelante, en bicicleta, va un policía. Se quedan quietos, preocupados y asustados. El micro pasa y descubren que es el cartero. Vuelven a jugar.
En un recital, Neil Young, contó una anécdota de su papá. Ya estaba en ese momento que la mente se pierde. No reconoce a las personas, está muy callado, la mirada perdida. A la tarde, se sienta en una silla mecedora, en la vereda. Cuando pasa un patrullero, escupe y dice mierda.
El volcán se ve poco. Las nubes y el vapor lo mantienen escondido. Herzog sube al cráter con los operadores. Se acercan todo lo que pueden en auto para luego seguir a pie. Filman la cima y al otro día vuelven porque se olvidaron los anteojos. En la isla se acercan al hombre que no quiere ser evacuado. Lo tienen que despertar, está dormido tranquilo al pie de un árbol con dos gatos. Ante la pregunta sobre su decisión de quedarse, dice que es pobre, no tiene a donde ir, por lo tanto se queda a esperar la muerte. Herzog se entera que hay otras dos personas que se quedaron. Uno de ellos tiene quince hijos, todos evacuados. También ha decidido quedarse porque es pobre. Un día bonito es bueno para morir. El equipo de filmación camina muy tranquilo por la isla y la zona cercana al volcán. No están tensos, no se ve preocupación ante el peligro que les puede costar sus vidas. ¿Es real que están en el momento de más peligro? O ¿el peligro ya paso y prepararon el lugar para filmar? Cualquiera sea la respuesta, no importa demasiado.
Herzog intercala la historia que está filmando con imágenes reales de un volcán cercano, que en 1902 arraso la ciudad con una lengua de fuego, en minutos, en la vecina Isla de Martinica. Solo sobrevivió un prisionero, que durante años fue exhibido como fenómeno en un circo, mostrando las heridas de las quemaduras en la espalda. El prisionero se salva porque es la persona más mala de la ciudad. En el momento en que el fuego quema todo, estaba cumpliendo un castigo en los sótanos de la prisión.
En el 2006 Herzog estreno Grizzly Man, un documental sobre Timothy Treadwell, un activista que impulsaba campañas para proteger los osos grizzli en peligro de extinción por la caza furtiva. Utiliza imágenes propias que registró Treadwell, armando el rompecabezas que al final termina con su vida. Treadwell pasaba todos los años varias temporadas acampando entre los osos, considerados con los tiburones los animales más feroces y letales de la tierra. Se interesa por el impulso vital que tienen los curiosos, los soñadores, los amantes de las causas perdidas. Herzog quiere filmar un pueblo que en horas será arrasado por el volcán, Treadwell vive entre los osos para comprenderlos y salvarlos, mi papá quiere ver una ciudad que va a desaparecer.
https://medium.com/@alesanchezmorenolh/esperando-la-cat%C3%A1strofe-inevitable-aeaf3845aef5
*Colaboración para En Provincia.
Fotografía: Archivo web – https://pixabay.com/