Elvira Yorio: Lawrence Durrell (1912-1990)

Por Elvira Yorio –

Nació en la India, pero era inglés, en realidad, de origen irlandés. Vivió en distintos países: India, Grecia, Inglaterra, Egipto, Francia, Yugoeslavia y Argentina. Por eso se consideraba cosmopolita, y en verdad, lo fue.  La circunstancia de que su padre fuera un inglés empleado de Inglaterra en la colonia, determinó que su  educación escolar le fuera impartida en la India, donde vivió hasta los once años. Vuelve a Inglaterra con su familia y choca permanentemente con ese “sistema” que le es ajeno. Su familia pretende que obtenga un título universitario pero él rechaza esa posibilidad, se rebela contra lo que considera   ”la idiotizante vida cultural inglesa”. Muerto su padre, se casa muy joven y convence a su madre y hermanos para ir a vivir a Corfú (Grecia). Allí permanecen un tiempo y comienza a escribir profesionalmente. Estalla la segunda guerra mundial, la familia se dispersa. Su madre y hermanos regresan a Londres, y  él y su mujer permanecen en Corfú hasta que cae Grecia. Entonces huyen a Creta y recalan finalmente en Egipto. Allí obtiene un trabajo en la embajada británica en El Cairo y luego en Alejandría. Su incesante transitar por el mundo se debió en parte al placer que se procuraba viajando, y también_ como lo reconociera más de una vez_ por esa ansiedad o inquietud interior que no le permitía anclar definitivamente en ningún lugar. Así se convirtió en miembro del cuerpo diplomático, aunque seguramente le habrá demandado un gran esfuerzo esa ocupación que no se avenía demasiado con su temperamento irlandés, vehemente y rebelde, ajeno a las sutilezas y tacto que caracterizan al buen diplomático. No se ha difundido demasiado su estadía en nuestro país. Llegó como Director del Consejo Británico destinado a Córdoba,  joven y aún no  reconocido como escritor. Acá se vincula con la elite literaria: Borges, Mallea, Victoria Ocampo…De su paso por Buenos Aires se lo recuerda por la conferencia sobre Shakespeare que pronunciara en el Consejo de Mujeres ( en Charcas y Libertad). Recorrería el país desarrollando ese tema.

Su vida fue una complicada novela de exóticas aventuras. No recibió la educación sistemática y metódica de las  aulas universitarias, fue un autodidacta. Vivió azarosamente. De muy joven se ganaba la vida tocando el piano y cantando en los bares. Su cultura y conocimientos sin embargo,  eran excepcionales. Cultivó con pareja maestría varios géneros: cuento, novela, poesía, ensayo, dramaturgia, hasta escribió una ópera… Cabe destacar que su primera novela se tituló “El cuaderno negro” , escrita a los 26 años, que mereció la aprobación de Henry Miller, con quien mantuvo una gran amistad.

Ha sido un escritor prolífico pero su fama a nivel mundial, la obtuvo después de la publicación de “El cuarteto de Alejandría”, una tetralogía escrita entre 1957 y 1960.  Son cuatro novelas que admiten una lectura independiente, pero tienen entre ellas un hilo conductor. La misma historia, los mismos personajes, analizados desde distintas perspectivas. Se trata, como el autor ha dicho, de describir una investigación sobre el amor moderno. En cada uno de los libros cada personaje es el mismo y diferente a la vez. Con sagaz percepción psicológica, se adentra en los temas e intrigas del poder político. entremezclándolos con las pasiones carnales y ambiciones humanas, con pasajes de alto voltaje erótico. Supo, como pocos, crear atmósferas y más allá de los protagonistas de la historia, cuyos caracteres delinea con el detalle de un orfebre, convierte a la ciudad misma  en un fascinante personaje que interactúa con los de carne y hueso. Por su originalidad y excelencia literaria, el cuarteto se convirtió en un libro de culto para los amantes de la buena literatura.

Otros libros muy recomendables de este gran escritor son las cinco novelas que componen “El  quinteto de Avignon”, dentro de la que se destacan las novelas “Constance” y Monsieur.   Sus “Collected Poems” colección de poemas escritos entre 1931 y 1974, algunos de los cuales merecieron el entusiasta  elogio de Thomas S. Eliot, y cuatro obras de teatro.

Durrell es uno de esos escritores cuya obra no pierde actualidad, pues su prosa rica y despojada a la vez, describe con maestría vida, gloria y miserias de la condición humana.          

Fotografía: Archivo web.