El Toreo de la Vincha de Casabindo, proclama de libertad de un líder indígena

El Toreo de la Vincha, que se reedita hoy en el pueblo jujeño de Casabindo, tiene sus orígenes en los primeros asentamientos españoles en el norte del país, y se transformó con el tiempo en una fiesta popular que recuerda al hijo de un cacique que fue esclavizado y herido de muerte por un toro, para ofrendarle su vincha con monedas de plata a la santísima Virgen de la Asunción.

Eran épocas donde la colonia española -fines del Siglo XVIII- se afincaba en el territorio y con ellas sus costumbres y tradiciones, para abrirse camino ante la resistencia de las comunidades nativas, lo que dio vida a un sincretismo cultural y religioso característico en la región.

Cada 15 de agosto, en las honras a la asunción de la Virgen María en Casabindo (Departamento Cochinoca), los toreros que saltan a la plaza del pueblo procuran quitarle una vincha con monedas de plata a un toro para luego ofrendarle a la “mamita Virgen” y esa dedicatoria es a la vez un homenaje a Pantaleón de la Cruz Tabarca, hijo de un cacique indígena, que en aquellos tiempos fue lanzado a la plaza por los españoles en medio de su reclamo de libertad.

“Cuando llegaron los españoles había una mina de oro en la que se trabajaba, a una hora de Casabindo, entonces al descubrir esos socavones estos pusieron a trabajar como esclavos a nuestros antepasados”, contó a Télam Eusebio Ciares, presidente de la comisión Pro Templo de la iglesia local.

“Tabarca tenía una vincha con monedas de plata que le había regalado su papá por su valentía, cuando enfrentó a un puma para defender a su madre y familiares. Lucía con orgullo esa vincha pero había algo que no le gustaba y era el maltrato que sufrían, por lo que un día se llena de coraje y proclama libertad”, relató.

En aquellos tiempos los españoles decidieron encerrarlo para impedir que tomara contacto con otras personas y “lo llevaron a la mina a trabajar, lo traen maniatado, pero él se había dispuesto a seguir hablando, ante lo cual los españoles sacaron las imágenes (de la virgen) para que todos se ocuparan por rezar, cantar y no hablen de libertad”.

Aquellos días eran difíciles en la vida de Tabarca y, por cómo era humillado, avizoraba que el final de su vida no estaba lejos, por lo que decidió escaparse un 14 de agosto en la noche con destino al Alto Perú, pero en el camino es alcanzado -el 15 al mediodía- a la altura del paraje Doncellas, en plena región de la Puna.

Entonces, como ya en Casabindo se realizaba la festividad para honrar a la virgen de la Asunción, fue llevado a la plaza central, donde le quitaron su vincha y se la colocaron en los cuernos de un toro, obligándolo a recuperarla.

“Eran dos toros dentro de la plaza, entonces él al recuperar su vincha, es cornamentado por el otro toro y herido de muerte: recoge su vincha, le reza a la virgen y finalmente fallece”, rememoró Ciares.

“En homenaje a él hacemos el Toreo de la vincha que es único en el mundo. Este hijo de cacique murió así proclamando libertad”, resaltó.

El atractivo que representa esta notable fiesta cultural y religiosa en Jujuy, que convoca a muchos turistas del país y del exterior, es ver en acción a improvisados toreros que no cuentan con armas ni tienen el propósito de lastimar al animal, su único fin es quitarle la vincha al toro, pero para ello deben dar fe por escrito de su voluntad y seguir un protocolo.

Cumplido esto, se realiza un sorteo para asignar un animal a cada torero, en definitiva un promesante de la Santísima es el que sale al ruedo.

Se trata de la fiesta patronal más significativa de la Puna jujeña, y se realiza en el tiempo en que los jujeños ofrendan a la Pachamama, por ello se convierte en un escenario ideal donde se mezclan manifestaciones católicas, corpachadas (ritual de dar de comer a la tierra), bailes de cuartos y la particular danza de los samilantes (o danza de los Suris), promesantes guardianes de la virgen

“Hace cinco años vino un canal de televisión de Japón y transmitió en directo el Toreo de la vincha para todo su país”, recordó Ciares, dando cuenta de la magnitud global que ha alcanzado esta fiesta popular, cuya parte central de los actos inició hoy con la primera celebración de los samilantes, con los toritos, caballitos y cuarteras en la bajada de la Virgen, con una luminaria y serenata a la Virgen.

Hoy a las 6, habrá una salva de bombas, luego una procesión por la plaza Pedro Quipildor y a las 8 ceremonias de bautismos y casamientos; a las 9 se hará el acto protocolar con la participación de autoridades del Gobierno provincial y municipal.

A las 10 se celebrará la misa central en la plaza local; a las 11 procesión con la imagen de la Virgen con samilantes; a las 12 espectáculo artístico musical; a las 13 chayada del corral con la participación de ganaderos locales y a las 14 bendición de la Virgen para dar inicio el Toreo de la Vincha.