El temporal de Santa Rosa en la historia del Río de La Plata

En los últimos días de agosto de 1806, mientras una flota británica se apostaba en el Río de la Plata con intenciones de atacar Buenos Aires, una maniobra audaz se gestaba desde la otra orilla. Tropas criollas que regresaban desde Montevideo necesitaban cruzar el río para reforzar la defensa porteña. Pero entre ellos había alguien que no solo conocía el terreno: también sabía leer el cielo.

El Capitán Duhalde anticipó la llegada del temporal de Santa Rosa, ese fenómeno climático que cada año sacude el estuario con lluvias intensas y ráfagas impredecibles. Lo que para muchos era una amenaza, para él fue una oportunidad.

Con la tormenta como aliada, Duhalde trazó una ruta que bordeaba la flota inglesa sin ser detectado. Las embarcaciones criollas, pequeñas y ágiles, se deslizaron entre la cortina de agua y viento, mientras los británicos luchaban por mantener el control de sus mástiles. Cuando el temporal cedió, los refuerzos ya estaban en tierra firme, reorganizando la defensa de la ciudad.

No hubo enfrentamiento naval. No hubo disparos. Pero sí hubo estrategia, conocimiento del entorno y una lectura precisa del clima como herramienta de guerra. La maniobra, poco registrada en los libros oficiales, fue clave para la resistencia criolla y se convirtió en leyenda entre quienes sabían que el río y el cielo también pueden ser soldados.

Esta historia fue publicada originalmente en En Provincia por el Dr. Fernando R. Klappenbach, quien con rigor histórico y sensibilidad narrativa reconstruyó este episodio olvidado. Gracias a su trabajo, hoy podemos volver a mirar el cielo de agosto y recordar que, a veces, la tormenta no trae destrucción, sino salvación.

El Almirante Tormenta

Imagen: Archivo web.