Por Ps. María Alejandra Pugliese –
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la Salud Mental es un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
¿Me preguntaba quién cuida realmente la salud mental hoy? ya que muchos epidemiólogos y médicos hacen focos en nuestro preciado cuerpo. Sin embargo, la Pandemia emergió con la fuerza de un acontecimiento que grita verdades, diría Nora Merlin: “la salud pública no es un gasto ni una inversión sino un derecho”.
Paul Preciado en un artículo que se llama “Encerrar y vigilar”, analiza la pandemia partiendo de la concepción biopolítica de Focoault.
Focoault sostenía que el cuerpo vivo es el objeto central de toda política y que no hay política que no sea de los cuerpos. El filósofo no se refería al organismo biológico, sino a la producción del cuerpo realizada por el poder, entendido este como un dispositivo que penetra y se hace carne en la singularidad.
Sabiendo que las epidemias son también laboratorios de innovación social y de las tecnologías, creo que hay algo muy claro que sea desencadenado en las manifestaciones psicológicas sociales, ya lo dice la Organización Panamericana de la Salud y se hace ver en todo el mundo: los miedos, perdidas, necesidad de supervivencia, ansiedad, depresión, duelos, estrés peritraumaticos, crisis emocionales y pánicos. Descompensación de trastornos psíquicos preexistentes y somáticos de origen psíquico.
También hay datos oficiales del Colegio de Psicólogos de Madrid donde la población sometida a la cuarentena, las afecciones emocionales, pueden llegar a 73% de bajo estado de ánimo y un 57% de irritabilidad.
Si bien hay dispositivos de atención gratuitas en todos los Colegios de Psicólogos de la Argentina, veo que los responsables en políticas sanitarias no han tomado la importancia significativa que la salud mental conlleva debido a las secuelas sociales que esta Pandemia podrá traer.
Aunque se pueden ver en algunas declaraciones, que después de más de 150 días, incluyeron en la mesa de análisis de la cuarentena, a los psicólogos.
Me pregunto si ¿había que esperar tanto tiempo para incluirnos?
Me preocupa que en la desesperación por no enfermar de un virus terminemos enfermando de terror, odios, egoísmo y soledad.